Como era de prever, los 14 países que forman el Grupo de Lima no reconocen la victoria de Nicolás Maduro en las elecciones de Venezuela.

Los gobiernos miembros del grupo anunciaron además este lunes en un comunicado que acordaron reducir el nivel de sus relaciones diplomáticas en el país, así como llamar a consulta a sus embajadores en Caracas.

Este grupo, del cual forman parte Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Guyana, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú y Santa Lucía, se estableció en agosto de 2017 después de la celebración de una cumbre en la capital peruana con el objetivo de buscar una salida a la crisis en Venezuela.

También aseguraron que presentarán una resolución en la Organización de Estados Americanos (OEA) sobre la situación de Venezuela.

Unas elecciones discutidas

«No es una decisión que sorprenda. Era previsible. Maduro tenía un problema de legitimidad interna, también dentro del chavismo, y ante la comunidad internacional. Trató de resolverlo con una convocatoria de elecciones anticipadas y estas fueron rechazadas por parte de la comunidad internacional, que pidió un proceso más transparente», le dijo a BBC Mundo Luis Vicente León, analista y economista presidente de la encuestadora Datanálisis.

«La abstención más alta de la historia del país hizo que esa legitimidad que buscaba Maduro no se haya logrado», agregó.

De acuerdo al Consejo Nacional Electoral de Venezuela (CNE), con más del 98% de los sufragios contabilizados, Maduro ganó con 6.190.612 votos (67,8%) en unas elecciones que registraron una participación del 46,02%.

En segundo lugar figuró el candidato opositor y exgobernador Henri Falcón, con 1.917.036 votos (21%), quien aseguró que el proceso electoral fue fraudulento, denunció la baja participación y pidió la repetición del proceso.

Reacciones internacionales

Tras la publicaron de los datos del escrutinio se sucedieron las reacciones internacionales a favor y en contra del mandatario reelegido.

El presidente de EE.UU., Donald Trump, impuso este lunes nuevas sanciones a Venezuela al firmar una orden ejecutiva por la que limita al gobierno de Nicolás Maduro la venta de deuda y activos públicos petroleros en territorio estadounidense.

El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, también aseguró que su país estudiará las «medidas oportunas» en el marco de la Unión Europea y que el proceso no cumplió «las normas democráticas mínimas».

Sin embargo, los países aliados de Venezuela aceptaron los resultados y felicitaron al presidente Maduro por su reelección.

«El pueblo venezolano soberano ha triunfado nuevamente», escribió el presidente de Bolivia, Evo Morales, en Twitter.

El gobierno de El Salvador también saludó el triunfo de Nicolás Maduro y, desde Cuba, el presidente Miguel Díaz-Canel, envío una carta a su homólogo venezolano para «felicitarle» por su «contundente victoria».

¿Posibles sanciones económicas?

Pero, ¿qué consecuencias reales puede tener el no reconocimiento de los resultados por una parte de la comunidad internacional?

«Es previsible que las presiones aumenten. Y esto es probable que suceda no solo por parte del Grupo de Lima, sino también de Estados Unidos, Europa, Japón… Está cantado que EE.UU. va a agudizar las sanciones contra Venezuela. Sanciones financieras y económicas, no personales como hasta ahora. Un tipo de sanciones que tienen un éxito dudoso en sus objetivos y que afectan al conjunto de la población», apunta León.

De acuerdo con el analista, esa nueva situación económica conducirá a una posible salida de empresas estadounidenses de país y a un «cambio del mapa económico venezolano hacia Rusia y China».

Este lunes, el gobierno de Pekín, uno de los principales socios comerciales de Caracas, aseguró a través de un vocero del Ministerio de Exteriores que el gobierno y el pueblo venezolano pueden manejar sus propios asuntos y que todo el mundo debería respetar la elección del pueblo de Venezuela.

Desde un punto de vista diplomático, en cambio, el director de Datanálisis se muestra más escéptico ante la posibilidad de que las condenas institucionales se vayan a traducir en una ruptura de las relaciones diplomáticas.

«No estoy seguro de que esa sea la mejor manera de presionar, sino cambiar más bien los mecanismos de negociación. En realidad, aunque parte de la comunidad internacional no reconozca el resultado, este es el gobierno que hay. Al fin y al cabo, Maduro sigue siendo presidente porque fue elegido en unas elecciones, las de 2013, que sí fueron reconocidas», afirma Luis Vicente León.


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