Con el último lanzamiento
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«Más duro, mejor, más rápido, más fuerte».

La frase es de la canción «Harder, better, faster, stronger», del grupo francés Daft Punk, y con ella Daniel Ek, fundador de Spotify, termina la carta que publicó este martes, en la que muestra su entusiasmo porque su compañía comenzará a cotizar en la Bolsa de Nueva York desde este 3 de abril.

El estribillo es el más reciente canto de batalla de la empresa que se precia de ser elmayor servicio de reproducción de música en línea a nivel mundial.

Spotify, fundada en Suecia en 2006, tiene hoy 159 millones de usuarios, de los cuales más de 71 millones pagan una suscripción.

En su catálogo, ofrece más de 30 millones de canciones.

Ek tiene razones para ser optimista con su empresa: está valorada en unos por 23.000 millones de dólares.

Daniel Ek es el fundador de Spotify, aplicación que llegó al mercado de la música en 2006 (Foto: AFP)

Según sus reportes, durante el último año aumentaron 46% sus usuarios premium, es decir, los que pagan una suscripción.

Durante el mismo período, la compañía reportó ingresos por 5.000 millones de dólares, lo que representa un incremento del 38%, respecto al período anterior.

El detalle, sin embargo, es que, a pesar de esas buenas cifras, la compañía aún no genera ganancias.

En 2017 tuvieron 378 millones de dólares en pérdidas operativas. En total, desde que Spotify comenzó a funcionar, acumula un déficit de 3.000 millones de dólares.

«Muchas de las empresas que salen a cotizar en la bolsa, especialmente en el sector tecnológico, son compañías que aún no son rentables, pero claramente están listas para serlo», dice a BBC Mundo Alan Williams, coordinador del departamento del negocio de la música en la Universidad de Massachusetts Lowell.

La llegada de Spotify a la bolsa de valores de EE UU no será convencional

La salida de Spotify a la bolsa, sin embargo, será un poco inusual, pues la compañía no venderá nuevas acciones para recoger capital, sino que venderá directamente sus títulos en el mercado.

«Normalmente las compañías tocan la campana», escribió Ek sobre la forma en la que saldrán a la bolsa. «Normalmente no hacen una venta directa.»

«Si bien aprecio que este camino tenga sentido para la mayoría, Spotify nunca ha sido un tipo de compañía normal».

¿Por qué no logran hacer dinero?

El negocio de Spotify se basa en las suscripciones y en la publicidad que escuchan quienes no pagan el servicio premium.

En un informe presentado en febrero, Spotify afirma que en el pasado han incurrido en «costos significativos para obtener la licencia de contenidos y para continuar pagando regalías a sellos discográficos» y otros dueños de derechos de autor de esos contenidos.

Spotify ofrece dos modalidades a los usuarios: el acceso gratis, con publicidad y restricciones de reproducción, y el pagado, o «premium», sin anuncios ni limitaciones (Foto: EPA)

En el mismo documento, sin embargo, menciona los acuerdos que en 2017 lograron con Universal, Sony y Warner, con los cuales sus «costos y márgenes brutos se han beneficiado con los términos de esos nuevos acuerdos de licencia».

Según la compañía, desde su lanzamiento, ha pagado casi 10.000 millones de dólares a músicos y sellos disqueros.

Aunque la compañía no revela este dato, la revista Fortune calcula que el pago de regalías le representa a Spotify alrededor del 79% de sus gastos, lo que lo convierte «de lejos» en su mayor egreso.

Otro de los problemas que ha tenido Spotify es la cantidad de usuarios que pagan por el servicio.

«Pensaban que para esta época ya tendrían al 60% o 70% de sus usuarios pagando», le dice a BBC Mundo Jonathan Taplin, especialista en entretenimiento digital en la Universidad del Sur de California.

«Su mayor problema es que no logran convencer a más personas de que paguen».

La oferta de aplicaciones para escuchar música tiene a Spotify y Apple Music como dos de los competidores más grandes (Foto: Getty Images)

De manera similar opina Mark Goldstein, experto en la industria de la música en la Universidad del Sur de California.

«Lo que Spotify muestra es que es muy difícil tener un mercado masivo de gente que paga por ella», dice. »Si tu negocio depende de que la gente pague, tu no negocio es viable».

Según Goldstein, Spotify tiene el reto de explorar mejor otros modelos de ganancia, entre los que menciona sacar dinero de la información de los usuarios que comparte con anunciantes y casas disqueras.

«Compartir esa información les permite negociar los precios con ellos, pero aún no están ganando dinero con eso», dice Goldstein.

En un artículo publicado a principios de marzo, Dave Lee, periodista de tecnología de la BBC mencionaba otras posibles ideas que Spotify podrían considerar, como crearsu propio sello discográfico, de manera similar a como lo hace Netflix con sus producciones propias.

El futuro

Los expertos consultados en este artículo coinciden en que Spotify tiene un futuro alentador.

«Netflix tiene un flujo de caja negativo y aún así sus acciones siguen subiendo», dice Taplin, refiriéndose a los 4.000 millones de dólares de pérdida que podría reportar Netflix este año.

«Mientras Wall Street esté dispuesto a seguir el juego, ellos pueden continuar. Los inversores ven a Spotify como el Netflix de la música».

Uno de los retos para la empresa de Daniel Ek es alcanzar un porcentaje mayor de usuarios que pagan (Foto: Getty Images)

Por su parte, Williams piensa que la clave para que Spotify pueda llegar a ser rentable está en los acuerdos que ha venido haciendo con las disqueras.

«Si se convierten en el gran jugador que todos creen que puede llegar a ser, eventualmente podría llegar a ser rentable en unos dos o tres años», dice Williams.

Por su parte, Spotify estima que para finales de 2018 habrá llegado a más de 92 millones de usuarios premium, aumentará sus ganancias entre 20% y 30% y tendrá unas perdidas de entre 280 y 400 millones de dólares.

Por ahora, solo el tiempo dirá como reacciona el mercado, los usuarios y los demás involucrados en el negocio de la música en plataformas digitales.

«A veces tenemos éxito, a veces tropezamos», escribe Daniel Ek con cautela en su carta. «La constante es que creemos que aún estamos comenzando nuestro viaje y tenemos espacio para aprender y crecer».


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