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Un centenar de soldados armados, un tanque y otros vehículos militares respaldaban al ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino.

La escenografía del acto del mes de agosto era clara sólo tres días después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijera que contemplaba la «opción militar» en su intención de que el gobierno venezolano recuperara la senda democrática.

Aunque difícilmente pudiera confrontar a la mayor potencia militar del mundo en caso de un enfrentamiento bélico, Venezuela cuenta con poder de fuego.

¿De dónde proviene el armamento en manos de los soldados de Venezuela?

Venezuela, pese a la caída de las compras de armas, sigue siendo el principal importador de la región.

El lunes los ministros de Exteriores de los países miembros de la Unión Europea (UE) aprobaron las primeras medidas contra Venezuela, limitadas a un embargo de armas como el que el bloque aplica a Siria o Corea del Norte.

Aunque no hay datos oficiales del gobierno, los números de diversos organismos internacionales revelan que el impacto de esa medida tanto para las empresas o gobiernos europeos como para el venezolano será limitado.

Escaso impacto

Según el Instituto de Investigación para la Paz Internacional de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés), basado en Suecia y centrado en la investigación de la compra y venta de armamento, de 2014 a 2016 Holanda y Austria fueron los únicos países de la UE que suministraron armas a Venezuela.

Y lo hicieron por unos volúmenes muy pequeños en comparación con China o Rusia, que vuelven a demostrar también en este ámbito que son los principales aliados del país sudamericano.

De 2010 a 2012 España, otro país de la UE y con fuertes lazos comerciales con Venezuela, vendió al gobierno entonces de Hugo Chávez tres embarcaciones, de acuerdo a los datos del Registro de Armas Convencionales de Naciones Unidas (UNROCA, por sus siglas en inglés).

En 2014 España dejó de suministrar material antidisturbios a Venezuela.

En 2014 España suspendió la venta de material antidisturbios a Venezuela tras la ola de protestas callejeras y la respuesta del gobierno y un balance de más de 40 muertes.

En 2015 el país europeo exportó a Venezuela armas por un valor de diez millones de euros (US$11,6 millones al cambio actual), según las estadísticas de la Secretaría de Estado de Comercio de España. Una cifra muy reducida si se compara con el total de 3.720 millones de euros (US$4.340 millones) que exportó España en concepto de armas.

El principal importador

De acuerdo a las cifras del SIPRI, Venezuela se mantuvo en 2016 como el principal importador latinoamericano de armas, pese a una reducción del 17% que hizo que el pasado año fuera el de menor llegada de armamento a Venezuela en la última década a consecuencia de la crisis.

Según la ONG venezolana Control Ciudadano, especializada en seguridad y defensa, «el país redujo sus compras de material militar en un 90% en el periodo 2015-206 respecto a 2013-2014».

La drástica reducción de importaciones, uno de los efectos de la crisis económica de un país que necesita traer casi todo del exterior por su escasa producción interna, no solo afecta a alimentos y medicinas, sino también a las armas.

El gobierno no hace público ningún dato oficial. Control Ciudadano critica la falta de transparencia en las negociaciones del sector Defensa y los acuerdos militares secretos.

Rusia vendió a Venezuela 57 tanques entre 2012 y 2013.

La aliada Rusia

Venezuela no temerá pues el embargo de la UE, ya que sus principales proveedores de armas son China y Rusia. De ambos países llega el 90% de las armas que compró Caracas en los últimos cinco años, según el SIPRI.

Moscú se está convirtiendo en el gran aliado de Caracas en el sector financiero, petrolero y militar. En los últimos diez años, el 65% del armamento comprado llegó desde Rusia.

La estrecha relación se forjó en tiempos de Hugo Chávez, que creó una alianza férrea con su homólogo ruso, Vladimir Putin.

En julio de 2006, Chávez visitó a Putin en Moscú y anunció la firma de un acuerdo de compra de al menos 24 aviones de combate Sukhoi-30 para reemplazar los F-16 estadounidenses.

Anteriormente ya había adquirido 100.000 rifles de asalto Kalashnikov y helicópteros de transporte.

Hugo Chávez (izquierda) y Vladimir Putin forjaron la alianza militar entre Venezuela y Rusia.

En 2012 Venezuela adquirió de Rusia 42 tanques de combate, 124 vehículos de combate, 76 sistemas de artillería de largo alcance, un buque de guerra y 2.400 lanzamisiles, según los datos del registro de armas de la ONU (UNROCA) de acuerdo a los números suministrados por la superpotencia. En 2013, 36 vehículos de combate y 15 tanques más.

Presumiblemente por efecto de la crisis, UNROCA sólo registra ya en 2015 la compra de otras 1.000 lanzaderas de misiles. También procedentes de Rusia.

En 2016, China y en mucha menor medida Ucrania fueron los únicos países que suministraron armamento a Venezuela.

«Los sistemas más modernos»

No hay números oficiales públicos por parte del gobierno venezolano que respalden su alianza armamentística con Pekín y Moscú, pero sí palabras del máximo dirigente.

En agosto, a los pocos días de lo que Nicolás Maduro consideró como una amenaza de Trump, el presidente, que también es comandante en jefe de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, presumió de armamento.

«A tiempo llegaron a Venezuela los mejores sistemas de armas de Rusia, y ya nuestros soldados, nuestros profesionales militares, manejan los sistemas de armas más modernos que nunca se conocieron aquí y creo que no tiene ningún ejército de América Latina», dijo Maduro.

Los aviones de combate rusos Sukhoi fueron supliendo a los F-16 estadounidenses.

En julio de 2013, el presidente ya había destacado que Venezuela poseía el mejor sistema de armas antiaéreo. También de fabricación rusa. «Nadie podrá tocar ni un centímetro de la patria», dijo.

En el germen de la hermandad con Rusia está el conflicto entre Venezuela y Estados Unidos. La retórica beligerante entre ambos y las sanciones de Washington no impiden, sin embargo, que sean socios comerciales.

Y no solo con el petróleo, por el que llega una buena cantidad de dólares a las arcas del gobierno socialista de Caracas, sino también con las armas.

El ministro de Defensa, Vladimir Padrino, está convencido de que Venezuela tiene cómo defenderse en caso de una invasión.

Según los datos del Centro de Comercio Internacional (ITC, por sus siglas en inglés), que forma parte de la Organización Mundial de Comercio, en 2016 Venezuela compró a Estados Unidos bombas, granadas, misiles, torpedos y otros proyectiles por valor de US$2,3 millones.

Una cifra pequeña, pero quizás paradójica si se tiene en cuenta que viene de un potencial enemigo.


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