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La misteriosa desaparición en noviembre del turista británico Oliver McAfee en el desierto de Negev, en Israel, ha sacado a relucir la existencia de un insólito trastorno psiquiátrico que los médicos temen que el joven pueda estar sufriendo: el Síndrome de Jerusalén.

MacAfee, de 29 años, es un devoto cristiano que había llegado de viaje a Israel en 2017.

Las autoridades israelíes que lo están buscando dicen haber encontrado un rastro de hojas arrancadas de la Biblia sujetas con piedras, con anotaciones a mano de citas bíblicas.

También dicen haber hallado una zona ceremonial, de arena aplanada rodeada por un círculo de rocas.

Mientras continúa su búsqueda, varios psicólogos en Israel han dado detalles de la extraña condición psiquiátrica que podría estar afectando a MacAfee, un síndrome que según algunos reportes afecta aproximadamente a un centenar de personas al año, que desarrollan una angustia mental al visitar los lugares sagrados de la región.

«Mano derecha de Jesús»

Hay algo común en la manera en la que este síndrome se manifiesta para los pacientes.

«El denominador común es que piensan que va a haber una redención inminente y que va a pasar en Jerusalén, o quizás en el caso de este turista en el desierto de Negev, o cualquier lugar cercano a esta zona por la que Jesús deambuló», le dijo a la BBC el profesor de psiquiatría de la Universidad Hebrea Pesach Lichtenberg.

«La persona cree que va a jugar un rol importante en esta segunda venida de Jesús, o bien para notificárselo al mundo o siendo la mano derecha de Jesús, o algo por el estilo», añadió Lichtenberg, que es también el fundador y director de Soteria House, un centro de tratamiento holístico de la psicosis donde actualmente hay varios residentes que se creen mesías.

El académico desconoce el caso particular de McAfee y cree que hay mucha especulación al respecto.

Si bien el Síndrome de Jerusalén se puede manifestar de muchas maneras diferentes, Lichtenberg comenta que «normalmente las personas tienen algún tipo de condición mental pre existente», antes de llegar a la llamada Ciudad Santa, donde se revela el trastorno.

El síndrome se sobreimpone a una ansiedad mental o enfermedad que el paciente tenía de fondo.

«Quizás vienen a Jerusalén atraídos por la sensación de que tienen una especie de misión que cumplir, quizás abren la Biblia y leen un verso y sienten que alguien los está llamando», explica Lichtenberg.

El psiquiatra comenta también que normalmente estas personas vienen de un contexto de interés por los religioso y pueden pertenecer a cualquier denominación, judía, musulmana o cristiana.

Unos 100 turistas al año

«Pero incluso la gente que no tiene un pasado religioso puede a veces verse sobrecogida por una sensación de espiritualidad o de trascendencia, que se puede cristalizar en una creencia que puede parecer muy religiosa», explica el psiquiatra.

«Cualquier turista que venga a Jerusalén, y yo no trabajo para el departamento de turismo, sentirá que hay algo inusual, hay una intensidad en el ambiente, sobre todo en la ciudad vieja, que a algunas personas las puede empujar hacia el otro lado», dijo.

Según un artículo de 2000 publicado en la revista científica British Journal of Psychiatry, un promedio de 100 turistas eran referidos cada año a la clínica de salud mental Kfar Shaul, cerca de Jerusalén, por el síndrome de Jerusalén.

Lichtenberg comenta que normalmente los psiquiatras israelíes tienen los números de las embajadas a mano porque saben que este es un fenómeno que puede ocurrir.

Los casos que Lichtenberg trata son locales, pero cuando los pacientes son extranjeros normalmente se van a tratar a sus países, lejos de Jerusalén.


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