El objetivo se logró. Cuando en el receso entre temporadas los Warriors de Golden State decidieron hacerse de los servicios de Kevin Durant la única meta era llevar de vuelta el trofeo a sus repisas, de lo contrario la temporada hubiese sido en un fracaso.

Para suerte de ellos, el rival que les tocó enfrentar en la final de la NBA fue el mismo que les arrebató el título en el torneo anterior, y qué mejor manera de consumar venganza habría si no era devolviéndoles el golpe a los Cavaliers de Cleveland.

La escuadra dirigida por Steve Kerr celebró anoche en el Oracle Arena, su casa, el segundo título en tres años después de imponerse categóricamente a LeBron James y compañía 129-120.

La adquisición de la estrella Kevin Durant no defraudó y pudo por fin obtener su primer anillo, que se le había hecho esquivo a lo largo de su gran carrera y  que estuvo cerca de obtener hace seis temporadas  defendiendo los colores de los Thunder de Oklahoma City.

Lo mejor para él fue que se lo ganó a pulso. Su aporte fue vital para la consecución del trofeo y así lo demuestran los 39 puntos con los que culminó su actuación de ayer.

Aunque para ser justos, Durant no estuvo solo. Stephen Curry también hizo su aporte, así como Andre Iguodala, más valioso de la final de 2015.

Ese trío fue la clave anoche en California. El equipo de los Warriors tuvo un inicio titubeante. De hecho, cayeron en el primer cuarto 37-33 pero pudieron recuperarse tan pronto como en el segundo parcial, en el que se marcharon a los vestuarios arriba por 11 tantos (71-60).

Esa ventaja no la volvieron a perder, a pesar de las incesantes amenazas encabezadas por James, quien finalizó el partido con 41 puntos, insuficientes para Cleveland, que apostaba por la épica de regresar a la serie después de haberse visto abajo 0-3.

Durant, Curry e Iguodala se combinaron para 93 unidades, más de 70 % del total del equipo.

El lauro, como suele suceder, contó con héroes anónimos. Esos que no son premiados individualmente. Y Golden State tuvo en Draymon Green y Klay Thompson a esas figuras que con su defensa marcaron la pauta y permitieron detener la fuerte ofensiva de los Cavs.

Picó la Durantula

Kevin Durant sumó otra estatuilla a su alacena, una que tiene un significado mayor a las obtenidas anteriormente por la instancia en la cual la conquistó. El alero fue designado Jugador Más Valioso de la final al culminar como el mejor anotador de la serie, con  35.2 puntos por partido.


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