El fin de semana del Juego de Estrellas de 2015 no fue divertido para Chris Bosh. Un dolor en el pecho lo llevó a pasar por un centro asistencial y de ahí en adelante comenzó un calvario que terminó con una carrera profesional que apuntaba alto.

Esta semana el ex ala-pivot que jugó para los Raptors de Toronto y el Heat de Miami anunció que definitivamente ya no seguirá intentando volver a las canchas.

Los coágulos en los pulmones que descubrieron en aquellas revisiones médicas terminaron por poner fin a su vida sobre el tabloncillo.

«Ha sido algo difícil de manejar, pero estoy bien», dijo Bosh, en el podcast de Bill Simmons, periodista de The Ringer.

El que fuera estrella del Heat junto a LeBron James admitió que no había perdido las esperanzas e volver a jugar, pero ya entendió que no es posible.

«Todavía estaba intentando con bastante firmeza volver a la NBA el año pasado, pero ese tiempo ya pasó. Tomé la decisión de no seguir adelante», aseguró.

Dos años pasó Bosh visitando médicos en su intento por volver a jugar, hasta que en 2017 doctores de la NBA dijeron que no estaba capacitado para la acción. Y a pesar del diagnóstico, demoró otro par de años en aceptar la realidad.

El próximo mes, el 26 de marzo, Miami le rendirá homenaje retirando su camiseta con el número 1, que ahora estará en lo alto del AmericanAirlines Arena. 


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