Todo un equipo contra LeBron James: los Boston Celtics, con una providencial aportación de todos sus jugadores, se impusieron el miércoles por 96-83 a unos irregulares Cleveland Cavaliers y, con el 3-2 en la serie, acarician la final de la NBA.

Solo «el Rey» hizo acto de presencia por los visitantes, que echaron de menos una mayor contribución de Kevin Love, George Hill y J.R. Smith para presentar batalla ante unos sorprendentes Celtics, que tienen en el juego en equipo y la defensa sus principales armas.

Boston llegaba al partido tras perder los dos últimos lejos de su feudo, pero con la tranquilidad que les daba presentar un balance de 9-0 en casa en estos playoffs y con la estadística de su lado: el 95% de los equipos que se pusieron 2-0 en unas finales de conferencia avanzaron a la final. En su caso, ese dato asciende al 100% de las ocasiones (37 de 37).

Para retomar el rumbo tras ser apabullados en Cleveland, el técnico Brad Stevens remozó su quinteto, dando entrada al pívot Aron Baynes por el alero Marcus Morris, en busca de mayor presencia en la zona.

Y le salió bien. Los «Verdes» se mostraron mucho más agresivos en la pintura, donde fueron machacados previamente por Tristan Thompson y Love, y el dominicano Al Horford pudo volver a brillar.

El quisqueyano, desaparecido en los dos últimos juegos, anotó su primera canasta a los tres minutos mientras, en Cleveland, había tenido que esperar hasta el segundo cuarto para ver el aro, y acabó con 15 tantos y 12 rebotes. Así, el choque arrancó igualado, con alternancias en el marcador hasta que Boston, con un parcial de 15-3, pasó de 9-12 a 24-15, tomando una ventaja que ya no soltaría en el partido.

Cleveland había logrado cerrar las vías de anotación de sus rivales en sus dos encuentros en casa, así como involucrar a todos sus hombres en ataque pero, como visitantes, volvieron a perder la brújula.

Sin ideas

Los «Cavs» fueron de nuevo ese equipo irregular, sin ideas en ataque y cometiendo demasiados errores en defensa. Solo LeBron, y muy de vez en cuando Love, eran capaces de anotar con cierta fluidez mientras Boston penalizaba cada descuido visitante.

Liderados por el novato Jayson Tatum, que lleva camino de hacer historia en estos playoffs, los Celtics se sintieron otra vez imparables, a pesar de no poder contar con sus dos hombres más importantes -Kyrie Irving y Gordon Hayward- por lesión.

Con un resultado de 32-19 al final del primer cuarto, los locales ponían de manifiesto que en casa son otro equipo. Uno imbatible de momento…

Mientras, los Cavs firmaban siete canastas y cinco pérdidas. En el segundo nada cambió. El choque se volvió más físico, con muchas faltas y varias técnicas. James, mientras, parecía más humano que nunca, con evidentes signos de cansancio que sin embargo no parecían hacer mella en su rendimiento.

Con 16 puntos suyos y 10 de Love, Cleveland llegó al descanso 11 abajo (42-53) pero las sensaciones eran peores que el marcador: Boston acortó su rotación a solo siete jugadores y los siete aportaban delante y detrás.

Un novato histórico

El paso por vestuarios insufló de energía a James, pero también a Tatum, que se adueñó de la contienda con varias acciones que levantaron al público de sus asientos.

El joven «rookie» de los «Verdes» se convirtió en el primer novato en anotar más de 15 puntos en nueve partidos consecutivos de playoffs, desde Kareem Abdul-Jabbar en 1970, y el cuarto con más tantos en las eliminatorias por el título de la historia. Frente a LeBron James y con solo 20 años.

De esta forma, los Celtics tomaron una renta de 21 puntos que ya no soltaron. LeBron dejó la pista a falta de tres minutos, con la mira puesta en el sexto juego, el primero a vida o muerte en esta serie. El primero que lo puede alejar de su octava final consecutiva.


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