El pasado y el futuro en el presente es el nombre de la muestra que abre sus puertas en la Sala de Exposiciones del Centro Cultural BOD. Bajo la temática arte y tiempo, 26 reconocidos artistas plásticos nacionales presentan sus propuestas en esta exhibición concebida hace dos años para celebrar el 25 aniversario del Centro Cultural BOD y celebrar, este año, el 450 aniversario de Caracas. El objetivo principal: recocer la labor de 26 creadores, en favor del patrimonio cultural del país

El Centro Cultural BOD abre las puertas de El pasado y el futuro en el presente,un proyecto quesurge, en 2015,como parte de las actividades enmarcadas en el 25 aniversario de la institución, y que este año conmemora los 450 años de la fundación de la capital del país.

Se trata de 26 lenguajes y estéticas distintos, unificados, esencialmente, por una misma temática: arte y tiempo. Dicho punto de partida fue el sugerido por el profesor y asesor gerencial Víctor Guédez, miembro del comité organizador de este proyecto que tuvo como curadora a la doctora en historia del arte Bélgica Rodríguez, quien supervisó el diálogo entre esas propuestas dentro de los 650 metros cuadrados de la Sala de Exposiciones del CCBOD. Tres espacios albergan –además de las 26 propuestas- las reflexiones de cada uno de estos creadores en torno a las mismas, registrados por la lente de Ricardo GómezPérez y Ricardo Jiménez (ricar2).

26 miradas 

Las piezas tridimensionales de El pasado y el futuro en el presente son: las Mujeres inquietas, de Abigaíl Valera, propuesta basada en la figura arquetípica de la mujer que ha caracterizado la obra del artista; Las montañas blancas, del merideño Franco Contreras, pieza inspirada, como es ya usual, en el entorno natural que signó la estética del autor; Prêt-à-porter, parte del “universo molecular” desarrollado por Nela OchoaPectorales en arcos, punto de encuentro entre el cosmos y la naturaleza, de Víctor Hugo Irazábal;In memoriam, una denuncia sobre el peligro ambiental concebida por Ana María Mazzei19ee017, de Magdalena Fernández que tuvo como punto de partida los fenómenos naturales y algunos íconos de las artes modernas que han influenciado su trabajo; Kid at Honorem, la búsqueda de Luis Poleo en el expresionismo alemán; Habitando la sabiduría y la tolerancia, el trabajo de Humberto Cazorla signado por lo divino; Catch as Catch Can, las memorias de la lucha libre en la mente de Carlos Zerpa y sus héroes eternos; Chorrerón, de Isabel Cisneros inspirada en una paradoja del filósofo griego Heráclito que reza que “ningún hombre puede cruzar el mismo río dos veces”; los Multiversos XXV, de Sydia Reyessimbolizan la esperanza de convertir lo imposible en posible; y el Salar de Fuego III, es la recreación que hace Samuel Baroni de su andar por las calles del barrio El Amparo.

Entre los trabajos bidimensionales están: Bailando con Theo y Piet, pieza de Hernán Alvarado dedicada a los maestros del Fox-Trot; Sonora 50. Polarísima, de María Elena Álvarez, una alusión al cúmulo de tiempos que representa la obra de arte, tanto para el que la concibe como para quien la percibe; Estructura a color, de Vicente Antonorsi, un reflejo de su imaginario en la geometría de los volúmenes, la escultura y el diseño industrial, lleno de referencias de diversos maestros en esos oficios; Paul Sérusier como pretexto, El Talismán, de Francisco Bugallo, en el que el artista plasma su reinterpretación de una imagen emblemática de la historia del arte empleando la pintura digital como herramienta tecnológica; Continuo Inmanente, de Pedro Fermín, trabajo inspirado en la obra Cuadrado negro sobre fondo blanco, de Kazimir Malévich, que busca reflejar el valor del intervalo como símbolo de temporalidad entre dos opuestos; Inexorable, de Felipe Herrera, quien hurga en su memoria los recomienzos de la existencia; Sin título, de Luis Lizardo, expresa el espacio de tiempo entre una creación artística y la otra, Espacial en tres tiempos, de Carlos Medina, la representación de los neutrinos, esencia minúscula de la materia; La niña más mala de la playa, de Miguelángel Meza, un viaje a su propio subconsciente que lo sorprende, frente a un mundo real que define como predecible; Flexonometría, de Luis Millé, inspirado en los halcones peregrinos y la libertad del vacío; No todo el mundo vive en el mismo ahora, de Lourdes Peñaranda, obra compuesta por el dominio objetual y el visual, en 60 relojes y 60 imágenes disímiles; La profilaxia del Guaire, de Jorge Pizzani, que el autor presenta como un epítome del silencio para concebir su obra; y Anacoretas y misántropos, de Adrián Pujol, que representa lo que define como la desconexión del tiempo propia de las imágenes en movimiento.

En palabras de Víctor Guédez, la muestra implicó para estos 26 creadores el desafío de revisar lo que son a partir de su obra en el presente, el conflicto de romper o no con su línea de trabajo vista en perspectiva y la aspiración de la evolución de su discurso desde una visión prospectiva.

Coordenadas 

El pasado y el futuro en el presente abre sus puertas en la Sala de Exposiciones, ubicada en el sótano 1 del Centro Cultural BOD. Su horario es de martes a domingo, entre 11:00am y 5:00pm. 

CON INFORMACIÓN DE NOTA DE PRENSA


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