La elaboración de temas e ideas contundentes erosiona conscientemente la prevalencia de lo estético —puesto en práctica mediante técnicas y procedimientos virtuosos— sin abandonarlo por completo. Jóvenes artistas, todos nacidos a finales de la década de los ochenta en distintos puntos de la geografía nacional, se valen de un repertorio técnico extenso para implosionarlo y trascenderlo mediante la ironía y la descontextualización. 

Jhonathan de Aguiar parte de un repertorio íntimo, emocional, visceral y hedonista para representar —con la resonancia vibrante de Francis Bacon— la vida cotidiana contemporánea en su acepción dramática y escatológica.

Hecdwin Carreño ha elaborado una propuesta sobre el viejo tema del retrato a partir de lo digital. En la acción pictórica, el artista oculta, descompone o modifica facciones, para reescribir mínimas narrativas visuales del sujeto retratado.

María Niño, hurga en el ámbito privado a través de representaciones propicias a la sanción y la censura, inmersas en la doble moral que la sociedad occidental ha promulgado a lo largo de la historia. La ejecución de sus obras nos recuerda a Lucian Freud (y a Sigmund, en las profundidades) e introduce un elemento voyeur, describiendo rasgos que pudieran resultar parafílicos en el campo de la psiquiatría, pero que en la percepción final cuando la artista incorpora una frase sutil, suscita un desenlace lúdico y amoroso.

Álvaro Paz con su manejo pictorialista del dibujo viste de resonancias del Courbet más afrancesado una serie de aves de un gallinero. En su representación, el trabajo de la línea y el color aunque con destellos de la pintura europea del XIX, nos retrotrae al contexto político local, incluyendo solapadamente las ideologías que lo sustentan, mediante las frases o vocablos que acompañan estos dibujos.

Fabio Rincones se adentra en la entropía, que según su origen griego significa transformación, giro, vuelta o evolución. Esta idea vinculada al estudio de la física permite a Rincones integrar el cuerpo humano fragmentado a construcciones aparentemente primarias como el muro, suscitando la tensión orden-caos.

Matías Toro incursiona en el ámbito de la imagen fotográfica captando escenas urbanas en movimiento. Sobre los procesos y mecanismos de reproducción, interpreta, reelabora y finalmente distorsiona el registro automático mediante el proceso manual de la pintura.  Existe al final el espacio de la duda sobre un proceso técnico ya puesto en entredicho, como una forma de darle valor a lo fraudulento y deslegitimizar sutilmente el carácter académico de la práctica pictórica.

La exposición colectiva “Apóstrofe” se estará presentando desde el 22 de octubre en la galería ABRA , ubicada en el Centro de Arte Los Galpones, avenida Ávila con 8va transversal, Los Chorros, Caracas. El horario es a las 11 am. La entrada es libre.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!