El daño que provoca una guerra no termina cuando las armas dejan de apuntar al enemigo; las consecuencias de un conflicto de tal magnitud quedan como una cicatriz en cada una de las personas que, de una u otra forma, vivieron aquellos días de horror.

Los conflictos bélicos siempre han salpicado a la sociedad en general, desde quienes están al frente de una trinchera hasta aquel que busca resguardo en el hogar. Mostrar sus implicaciones desde el punto de vista humano es un reto difícil de lograr; sin embargo, la dramaturga venezolana Karin Valecillos consiguió plasmarlos en Cuentos de guerra para dormir en paz.

La obra de teatro agrupa cuatro historias en las que sus personajes viven con las consecuencias de las guerras impuestas por otros. Nicolás Barreto y Jesús Navas, profesores de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), pudieron llevar la pieza a las tablas del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg), de la mano de los estudiantes de Producción Escénica, una de las opciones de la mención Producción Audiovisual que ofrece la carrera de Comunicación Social.

“Aquí hablamos de lo que en verdad significa para el ser humano una guerra: cuáles son las consecuencias, quién paga al final esa supuesta salvación que no salva a nadie, sino que deja huellas profundas”, explicó Barreto durante una entrevista para El Nacional Web.

Clara de Lima y María Corina Díaz en “Grita Kassandra” | Foto: Jesús Navas

“Grita Kassandra” es la primera de las cuatro historias de la pieza teatral. Interpretada por Clara de Lima y María Corina Díaz, muestra a dos hermanas separadas por la guerra entre Serbia y Croacia, que se encuentran en la frontera para hablar sobre la novela venezolana Kassandra y así huir de la realidad que las rodea. 

La tensión, el drama y la esperanza mantienen al público con la intriga por el futuro de la familia involucrada desde el primer destello de luz sobre el escenario.

Luis Miguel López y Raoul Gutiérrez en “Un Chiste de las Malvinas” | Foto: Jesús Navas

“Un Chiste de las Malvinas”, interpretada por Raoul Gutiérrez y Luis Miguel López, es la historia de dos veteranos de la guerra de las Malvinas que recuerdan los días del conflicto bélico e intentan luchar contra él. Toques de comedia se mezclan con el drama mientras la narrativa de la historia conduce al espectador hacia un final inesperado.

Víctor González y Kate Ramos en “El Medio Oriente es de Carúpano para allá” | Foto: Jesús Navas

Víctor González y Kate Ramos interpretan a una pareja de venezolanos en “El Medio Oriente es de Carúpano para allá”, un relato que expone cómo se puede ser parte de una guerra sin que necesariamente se esté desarrollando. La tensión hace una pausa durante la puesta en escena, cuando la música tradicional acompaña a la comedia para relatar una realidad que ha afectado a miles de personas.

Ibrahim Vicuña y Andreína Crepsac en “Mandrake Copperfield, hijo de Houddini” | Foto: Jesús Navas

“Mandrake Copperfield, hijo de Houddini” hace un recorrido por las añoranzas de una pareja que fue desplazada por la guerra civil en Colombia y que sueña con regresar algún día a su país natal. Andreína Crepsac e Ibrahim Vicuña son los encargados de darle vida a los personajes, cuyas acciones y recuerdos contagian de nostalgia al espectador.

“No es una obra que te deja desesperanza, creo que es hermoso porque al mismo tiempo ves cómo esas personas siguen teniendo una humanidad a pesar de lo que les pasó. Eso es lo hermoso de esta obra de Karin”, señala Nicolás Barreto.

De las aulas a las tablas

En octubre de 2017 comenzó el montaje de Cuentos de guerra para dormir en paz, cuando los estudiantes de la UCAB decidieron trabajar con la pieza para su trabajo final de Producción Escénica, opción que les brindó las herramientas necesarias para desarrollar una puesta en escena.

El resultado final fue presentado en numerosas oportunidades en Teatro UCAB, un espacio dentro de la universidad que permite el desarrollo de las artes escénicas y que les sirvió a algunos de los actores de experiencia, antes de interpretar a sus personajes en la pieza de Valecillos.

“Afortunadamente la carrera de Comunicación Social es muy amplia y te da el chance de descubrir pasiones que quizás tenías escondidas por ahí y no habías experimentado de lleno; cuando puedes probar un poco de eso te das cuenta de que es todo un mundo”, dijo Andreína Crepsac, al tiempo que aseguraba que la experiencia de desarrollar la obra teatral fue un descubrimiento tanto para ella como para varios de sus compañeros.

El esfuerzo puesto en el desarrollo de Cuentos de guerra para dormir en paz se ve reflejado en la calidad de la puesta de escena. La satisfacción por la receptividad del público durante la primera temporada sirvió de motivación para impulsar la segunda temporada de la obra.

“Este proyecto final de concentración es una tesis de todo el salón. Ver que a la gente le gusta, que tuvo tan buena recepción, que la gente pidió más, que se agotaron las últimas funciones, y que ahora tenemos el chance de tener una segunda temporada en el Celarg es la mejor recompensa y es la mejor señal de que lo que uno hace va por el buen camino”, comenta la actriz.

Una pieza que invita a la reflexión y con la que el espectador se identifica desde el primer acto, Cuentos de guerra para dormir en paz es un espacio que muestra que no hay ganadores en los enfrentamientos. Mostrando una realidad colectiva que sirve, de cierta forma, como un espejo para los venezolanos hoy día.


Cuentos de guerra para dormir en paz se presentará durante todos los fines de semana del mes de septiembre a las 4:00 pm en la Sala Experimental de la Fundación Celarg. Las entradas están a la venta a través de la plataforma digital www.solotickets.com y en las taquillas del teatro.

Para mayor información puede consultar la cuenta en Instagram @cuentosdeguerra.


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