“Después de que me destrozaron la casa, se llevaron hasta los bombillos”, dijo Carlos Toro, luego de que funcionarios de las Fuerzas de Acciones Especiales de Polinacional realizaron un allanamiento en su residencia situada en el sector Los Cascabeles, Ciudad Tablita en Antímano, el jueves 22 de febrero a las 11:00 am.

Toro indicó que los policías irrumpieron de forma violenta en la vivienda y les pidieron a sus ocupantes que colocaran las manos en la cabeza. A una mujer, con condiciones especiales, la empujaron y a la madre la halaron por los cabellos, y la obligaron a confesar sobre el paradero de unas armas de fuego.

El horror que vivió la familia Toro duró seis horas. “Agarraron a mi hermano, José Antonio Toro, y lo sacaron de la casa, luego lo conseguimos muerto en un taller mecánico. Tenía cinco tiros en la espalda y uno en el pecho, y le colocaron un revólver 38 en su mano; luego dijeron que se enfrentó a la comisión”, dijo. Agregó que los policías de las FAES se robaron la comida y dispararon a las paredes de la casa.

Toro sostuvo que estos procedimientos se repiten hasta tres veces por semana en varios sectores de la parroquia Antímano. “Las familias cuentan la misma historia: entran a las viviendas, maltratan a las mujeres y a los hombres los golpean. Los niños presencian los hechos y viven atemorizados”, afirmó.


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