Miércoles 21 de febrero a las 5:40 am. Funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas ingresaron en los Magallanes de Catia, en el sector Guaicaipuro, con un objetivo en mente: irrumpir en la vivienda de Keivy Leonardo López Ortiz, de 19 años de edad, y matarlo, como sucedió al recibir cinco tiros en el pecho. Familiares del joven relataron lo ocurrido mientras esperaban la entrega del cadáver en la medicatura forense en Bello Monte.

Dentro de la residencia había 14 personas, entre ellas 4 menores de edad. Los parientes aseguraron que los agentes entraron de manera violenta a la casa, los sacaron a todos y solo dejaron adentro a López quien, a pesar de haber levantado las manos y haberse rendido, le dispararon cinco veces. Posteriormente lo trasladaron al hospital de los Magallanes de Catia donde ingresó sin signos vitales.

Pero no acabó con la muerte de López, porque de acuerdo con sus allegados los policías se llevaron del domicilio cuatro cargadores, una laptop, una tableta, un decodificador de televisión por satélite y varias afeitadoras.

Los familiares presumen que los funcionarios de la policía judicial lo buscaban, debido a que López le había robado el teléfono celular a una mujer que tiene parientes dentro de ese organismo de seguridad. Ante esta situación, los familiares de la víctima dijeron que “los policías son unos delincuentes con título”. Además afirmaron: “Los niños que estuvieron presentes en el hecho no ha podido dormir desde ese día”. Del Cicpc solamente les devolvieron el decodificador y una afeitadora, aseguraron.

Keivy Leonardo López Ortiz se desempeñaba como trabajador en una tienda de yogures en el centro comercial Tolón, pero que por reducción de personal se había quedado sin empleo.


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