“Lo que sucede en el Metro de Caracas es lastimoso; dos hechos trágicos consecutivos. Pido que mi sobrina sea el último caso que escuchemos de lo que pasa allí. Un servicio que antes llenaba de orgullo a los venezolanos”, manifestó Joel Martínez, tío de María Luisa Martínez Call, universitaria, que murió al ser empujada a los rieles del Metro en la estación Chacaíto, durante un altercado por robo el martes a las 9:30 am.

Martínez expresó que la compañía no ha emitido ningún informe oficial sobre los dos accidentes registrados en menos de 24 horas, bajo las mismas circunstancias: robo masivo en los andenes de la estación Chacaíto de la Línea 1 y en ambas direcciones: un hombre, de 20 años de edad, el lunes a las 4:50 pm, que perdió la pierna izquierda, y Martínez Call, el martes cuando se dirigía a sus clases privadas de Francés en una academia situada en las adyacencias a la estación Chacaíto.

Las versiones sobre lo ocurrido siguen siendo las mismas: “Hubo un alboroto en las estaciones porque estaban robando. Testimonios recabados de quienes esos días presenciaron los terribles hechos”, expresó Joel Martínez.

Agregó: “Espero que en el transcurso de las próximas horas se emita un informe de todos los casos que han venido sucediendo; no es simplemente la situación de robos colectivos, sino de otras situaciones de inseguridad y que lo que pasó con mi sobrina no se tome como un evento más; por el contrario, deben aplicarse los correctivos necesarios”.

Al respecto, Martínez criticó que dentro del subterráneo ya no exista presencia policial y que en algunos medios hayan reseñado que las caídas fueron accidentales “porque dentro de los andenes había una situación irregular”.

“No puede hablarse de situación irregular, porque sabemos que en el Metro roban a diario. Mi sobrina estaba en primera fila, a la espera de la llegada del tren y, en efecto, el alboroto venía de la parte trasera. Funcionarios policiales también nos lo confirmaron”, expresó ayer en las afueras de la morgue de Bello Monte.

Plan Seguridad. En enero de 2017, las 5 líneas del Metro de Caracas, que abarcan 48 estaciones, debían estar custodiadas por 1.100 funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana y la Policía Nacional Bolivariana, había dispuesto el ministro de Interior, Justicia y Paz, Néstor Reverol.

Para el momento precisó que 28 estaciones estarían a cargo de la PNB, mientras que 20 a cargo de la GNB para “dar continuidad al plan Patria Segura y para darles seguridad y protección a más de los 2 millones de usuarios que a diario se trasladan por este medio”. Dijo que establecerían un sistema de seguridad integral en las cinco líneas del Metro, en los patios y en las áreas externas.

Ocho meses después, y sin ofrecer resultados, el ministro Reverol mencionó que se trataba de “un diagnóstico para evaluar las necesidades y fortalecer las acciones de seguridad”.

Durante este segundo anuncio, dijo que “se activaría una oficina del Cicpc en las estaciones del Metro”, pero no hay muestra de esto en la actualidad, asegura un comisionado de la PNB, quien explicó que los oficiales destacados en el subterráneo “incumplen con el horario de guardia y carecen de supervisión por parte de los funcionarios de alto rango, en este caso el comisionado William García”.


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