—¿Patriota cooperante o espía opositora?

—Ninguna. Detesto la palabra patriota.

—¿Cooperaría con el imperio?

—¿Viajar a Nueva York califica?

—¿Con quién ha cooperado la MUD?

—Con los radicales del Twitter que se agarran de sus errores para gozar unpuyero.

—Por cierto, ¿dónde están los patriotas cooperantes del oficialismo?

—Ni idea. El sector de sapos y jalabolas  no me interesa en absoluto.

—Con más ceros menos, ¿en qué convertirán la reconversión monetaria?

—En un fraude llevado a cabo por ignorantes.

—Luego de aquella irrupción en 1972 contra el Miss Venezuela, ¿contra quién repetiría?

—Seria buenísimo entrar a La Casona para averiguar quiénes viven allí y qué han hecho con las obras de arte que tenía.

—¿En que concuerda ahora con aquellas cómplices: Desirée Santos Amaral y Elena Salcedo?

—No éramos cómplices. Formamos parte de un movimiento feminista donde había un gentío. Las conocí entonces. Hoy estamos en aceras opuestas y me enorgullezco. Si alguien ha sufrido estos 20 años de horror han sido las mujeres.

—¿Tan feminista como en aquel entonces?

—Si, siempre.  Esa no es una moda, es una creencia.

—¿La nueva rebelión de las feas?   

—La cirugía y el botox acabó con las feas. Aunque en el caso de Cilia el asunto es irremediable.

—¿Qué tienen de feministas y de feminidad las mujeres oficialistas?

—Nada. Las mujeres han sido las grandes maltratadas por el chavismo. “Premiar” a las jóvenes embarazadas, multiplicadoras de la pobreza,  ha sido una irresponsabilidad catastrófica.

—¿Y las opositoras?

—Forman parte de ese maltrato que proviene del poder. Porque ahora las más opositoras son las mujeres de los barrios, de las clases humildes.

—¿Conoce algún varón domado?

—Más que domados, ahora los varones son el sexo débil gracias a todo lo que hemos conquistado en términos de independencia  económica y sexual.

—¿Un arrepentimiento?

—No haber leído la biblioteca completa de mi papá.

—¿Un arrebato?

—Alguna vez salí del auto en medio de una discusión amorosa a las dos de la mañana.

—¿Una adicción?

—Tomar el primer café viendo el Ávila.

—¿Una contradicción?

—Quiero estar más delgada, pero detesto hacer ejercicio.

—¿Una alegría?

—Ver a mi familia. Hablar con mi nieta por Face Time.

—¿Un llanto?

—Despedirme de mi familia en el aeropuerto.

—¿Un pecadillo confesable?

—Comer en restaurantes famosos… Puedo hacer un viaje solo para comer en determinado lugar.

—¿Se ha lanzado a una piscina vestida?

—Jamás… no sé nadar.

—Como dice Jacqueline Faría, ¿se divierte en las colas?

—No. Pero sí recuerdo mucho a su mamá en esos momentos.

—De vivir Marx, ¿qué opinaría de esta “revolución”?

—Que no es revolución porque no la produjeron los proletarios, sino unos militares ignorantes apoyados por la oligarquía de entonces.

—Ante la hecatombe, ¿son los oficialistas los nazis de la Alemania de Hitler?

—No. Los nazis eran igual de desalmados, pero menos ladrones y mejor organizados.

—¿Tiene amigos en el chavismo?

—Tuve. Pero a estas alturas ya me resulta imposible.

—¿Existe el madurismo?

—No. Existe Maduro y sus cuatro amigos militares que lo sostienen.

—¿Un líder para la oposición?

—Siempre me gustó Capriles. Pero creo que la oposición  necesita hoy algo más que un líder. Quizás una terapia de grupo…

—¿Sale este régimen “democráticamente”?

— No lo sé. Estamos en manos del azar.

—¿Derecha o izquierda?

—La izquierda ha sido un fracaso en la práctica.  Ambas definiciones hoy no dicen nada, son puro pragmatismo. Hay buenos y malos gobiernos. Punto.

—¿Cirugía o resignación?

—Cirugía. Andar resignada es como decir que eres una limpia. Por ahora botox.

—¿Perro o gato?

—Perro. Los adoro.

—De ser animal…

—Un perro. Todos me amarían.

—Ahora sin micrófono, ¿en la radio el pez muere por la boca?

—Absolutamente.  Soy un ejemplo de eso.

—¿Se ha autocensurado últimamente?

—Escribo con más inteligencia a ver si no se dan cuenta de lo que digo.

—¿Una recomendación a lo que queda de medios independientes?

—Seguir, ahondar en la información. Explorar los resquicios del poder.

—¿Y a los caídos en la tentación totalitaria?

—¡Qué se vayan todos!, como dijeron los argentinos alguna vez. Ya han robado suficiente, ¿no?

—Magister en comunicación política y campaña electoral, ¿un candidato para explotar?

—José Guerra. Sería tremendo reto.

—Tanto que va España, ¿emigraría?

—No lo creo.  Mi centro está aquí. Mi casa, mis amigos… aquí soy quien soy.

—¿Limpiaría pocetas en el exterior?

—Sí. Lo hago en la casa de mi hija.

—Luego de todo esto, ¿un oficio para Maduro?

—Que haga un video sobre cómo adelgazar comiendo solamente lo que traen  las bolsas Clap…

—De tener el sueldo de un militar…

—¿Y sabemos exactamente cuánto ganan todos los militares?

—Tan “tremenda fuente” usted, ¿qué viene por allí?

—Un reacomodo del chavismo que quiere mantenerse en el poder sin Maduro.

—¿Qué pasaría en Venezuela si se concretase la cooperación internacional que todos esperan?

—Me gusta mucho la invasión, pero de toda la información que llega a diario sobre cómo el chavismo ha protagonizado el robo más grande contra país alguno.


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