Neomar Lander fue despedido el viernes como un héroe: entre cánticos, banderas y consignas por la libertad, sus restos fueron llevados desde el cementerio Jardines El Cercado hasta la plaza Bolívar de Guarenas, donde hubo un homenaje; luego los llevaron a la catedral y de ahí los trasladaron otra vez al camposanto. Hoy le darán  cristiana sepultura.

Familiares y amigos cargaron la urna de Lander desde Jardines El Cercado hasta la plaza Bolívar. Allí cantaron el Himno Nacional, emitieron consignas antigubernamentales y ofrecieron discursos.

Uno de los momentos  más conmovedores fue cuando habló la hermana del adolescente. «Mi hermano antes de salir me dijo que luchara por él y por Venezuela y aquí estoy (…) Me da mucho dolor. Yo lo vi sin el vidrio. Tocarlo y que no me dijera nada me partió el corazón», expresó la niña entre lágrimas ahogadas.

A la pequeña le pidieron que abrazara a un funcionario de seguridad como signo de paz, pero su reacción fue lanzar las flores que tenía en la mano; la actitud pareció inocente, sin embargo, la niña alegó que no podía hacerlo porque «ellos asesinaron a su hermano».

Durante el trayecto hasta la plaza Bolívar caminaron en caravana con el ataúd en hombros. La gente llevó pancartas para enviar mensajes al país. «Tu indiferencia es cómplice», destacaba una de ellas. Sugei Armas, madre de Lander, se puso una franela que tiene escrito: «La lucha de pocos vale por todos», una cita de su hijo.


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