Jorge Luis Borges, hablando de los clásicos, escribió: “Clásico no es un libro (lo repito) que necesariamente posee tales o cuales méritos; es un libro que las generaciones de los hombres, urgidas por diversas razones, leen con previo fervor y con una misteriosa lealtad”. Sin embargo, ciertas obras clásicas pueden permanecer dormidas u ocultas con mucha injusticia —algo muy común en la literatura venezolana— hasta que algo o alguien las vuelve a traer a escena. Este es el caso de Manuel Ovalles, quien, hablando de Caupolicán, dice: “lo sacamos del olvido y lo hemos puesto al alcance y a la vista de todos. El libro ¿Duerme usted, señor presidente? fue casi que como una petición. Además de tener acceso al libro, encontraremos dos trabajos, uno de Francisco Ardiles y otro de Miguel Marcotrigiano. También tiene una cosa simpática esta edición y es la inclusión de ilustraciones del mismo poeta. Son siete ilustraciones de tipo informalista que vienen a ilustrar el poema”.

Después de publicar una antología muy completa con casi todo lo que escribió el poeta de Guarenas, En (Des) uso de razón, cuenta: “decidimos ir a los inicios y sacar esta nueva edición del poema. El libro fue editado, impreso y presentado, por primera vez, en España, hace dos semanas. Estuvo JJ. Armas Marcelo, director de la Cátedra Vargas Llosa, y el escritor venezolano Juan Carlos Chirinos”. También contó con una presentación y un brindis en la Librería Lugar Común con sede en Paseo Las Mercedes, el pasado 29 de septiembre.

¿Duerme usted, señor presidente? fue publicado en la fructífera época literaria de los años 60 y, según palabras de Juan Carlos Chirinos en la presentación del libro en España, “no es contra Rómulo Betancourt, es contra el poder”. Es el poder y la necesidad de hacer contrapeso en su contra es un tema del que siempre se ha ocupado, se ocupa y ocupará el arte en todas sus representaciones. Por esto, quizás, dice también Chirinos que “¿Duerme usted, señor presidente? forma parte del imaginario poético-político de Venezuela”, y por eso, quizás, mantiene su vigencia intacta a 55 años de su publicación.

Además de incluir dos trabajos críticos, de los académicos antes mencionados, el libro viene con su prólogo original: “Investigación de las basuras”, de Adriano González León. Siempre los prólogos vienen a ser un añadido que no es indispensable en la obra y mucho menos se le considera parte de la misma, pero en el caso de esta, poema y prólogo se transforman en una sola obra que funciona como una máquina bípeda de guerra en forma de poesía contra el poder, contra la cultura —de ese momento— y contra el orden, como lo explica Francisco Ardiles en el epílogo de la edición.

A pesar de que el nombre de la fundación solo hace alusión a Caupolicán, no se limitará a la difusión de la obra del poeta de Guarenas sino a la de todo el grupo de El Techo de la Ballena, del que fue parte el autor de ¿Duerme usted, señor presidente? Dice Manuel Ovalles que “Se está preparando un libro del grupo completo y esperemos que esté listo para el año próximo. El libro tiene como coordinadores a Miguel Marcotrigiano y Francisco Ardiles. Se podría decir que El techo de la ballena se diluyó en el año 68, por lo que el año que viene se cumplirían 50 años de la disolución del grupo”. También hace referencia a la realización de un evento que se estaría llevando a cabo en España: “Estamos tratando de acordar un evento en homenaje a El Techo de la Ballena en España, sería el año que viene, posiblemente en abril o mayo, por iniciativa de la Cátedra Vargas Llosa y la Fundación Caupolicán Ovalles”.  También tiene la intensión de incluir a Adriano González León en el homenaje a propósito de los 50 años del Premio Seix Barral por la novela País portátil. Ambos eventos se estarían gestionando para realizarse en España con el apoyo de los hijos de Adriano, con quienes ha estado en contacto y han apoyado su labor por distintas vías.

Caupolicán no solo fue parte de El Techo de la Ballena, sino del grupo La República del Este. J.J. Armas Marcelo, hablando del grupo, dice que “A fuerza de sinceridad, los grupos literarios, las llamadas generaciones, las capillas intelectuales son un genuino producto de la amistad”. Quizás es esto lo que invita a una lectura de todos los balleneros, y qué mejor manera de empezar por uno de los más representativos del grupo, quién asumió la poética del mismo no solo como una forma de hacer poesía, sino también como una forma de vida, llevando ambas hasta sus últimas consecuencias.

La edición de ¿Duerme usted, señor presidente? está disponible en Venezuela y en España para el público en general.


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