Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, expulsó este viernes a la misión del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) debido a que el organismo denunció el “alto grado de represión” en las protestas contra el gobierno nicaragüense.

La misión de Acnudh arribó a Nicaragua en junio para estudiar la crisis del país que, según se detalló en el informe, ha dejado más de 300 personas muertas y 2.000 heridas.

Guillermo Fernández Maldonado, jefe de la misión, denunció que el gobierno de Ortega obstaculizaba la labor de la Acnudh.

El organismo denunció en el informe el »uso desproporcionado de la fuerza por parte la policía, que a veces se tradujo en ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, y obstrucción del acceso a la atención médica».

También responsabilizó al gobierno de Ortega de «detenciones arbitrarias o ilegales con carácter generalizado, frecuentes malos tratos y casos de torturas y violencia sexual en los centros de detención, violaciones a las libertades de reunión pacífica y expresión».

Ortega rechazó el informe por considerarlo «subjetivo, sesgado, prejuiciado y notoriamente parcializado, redactado bajo la influencia de sectores vinculados a la oposición, y ausente del debido cuidado en su redacción de manera objetiva».


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