Vladimir Viloria: «Es un premio al esfuerzo de trabajar por Venezuela»

El ron es compañero de las parrandas para muchos venezolanos. La obra de Vladimir Viloria, publicada por Libros El Nacional, El ron, esa melaza que ríe está nominada como una de las mejores en la categoría W2-4 Spirits del Gourmand World Cookbook Awards, que premia los mejores textos de cocina del mundo en distintas áreas, en este caso los libros de bebidas espirituosas.

La publicación contiene información acerca del ron de Venezuela, su historia, el proceso de fabricación, las distintas marcas y las diferentes presentaciones entre las que puede escoger un consumidor.

Viloria, historiador y sociólogo, asegura que su pasión por el ron comenzó en su adolescencia. Sin embargo, considera que los venezolanos no le dan a esta bebida el lugar que debería ocupar. “Estamos en ese proceso cultural de que Venezuela tenga al ron como su bandera, así como el tequila lo es en México o el pisco en Perú. Todavía nos falta. Cuando un venezolano habla de sus preferencias el whisky aparece inmediatamente, cuando debería ser el ron”, asegura el autor.

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A partir de esta necesidad de difundir la importancia de lo propio comienza la historia de El ron, esa melaza que ríe. Viloria asegura que hay que ofrecer información sistemática, clara y abierta sobre este destilado para crear un vínculo arraigado con los consumidores: “No podemos exigir a los venezolanos algo que no le hemos enseñado”.

Declara que la postulación de su libro al Gourmand Award lo tomó por sorpresa. Para Viloria ha sido muy grato y agradece que Libros El Nacional haya apostado por la obra como lo hizo él al emprender un trabajo que considera riguroso y responsable. “Tomando en cuenta que el país está como está, porque no estamos en nuestros mejores momentos, es un premio al esfuerzo de seguir trabajando por lo mejor de Venezuela. En este caso por un producto que realmente es excepcional”, asegura el sociólogo.

Pero su motivación jamás fueron los premios, Viloria cree que es un buen libro más allá de los reconocimientos: “El esfuerzo ha sido para que los venezolanos y el mundo valoren un destilado hecho en el país, que si no el mejor, es de los mejores del mundo. Y si esto contribuye a que el ron sea, como dice el viejo dicho ‘profeta en su tierra’, bienvenido sea”, comenta.

Considera que en el país, si bien se celebran las metas alcanzadas por lo hecho en casa, no se conoce lo que hay detrás. “Debemos reconocer que los logros y los éxitos son consecuencias del esfuerzo, del trabajo, de la disciplina, no del azar”, afirma Viloria.

Lo que más disfrutó al escribir El ron, esa melaza que ríe, fue la investigación de las marcas y lo que representan para el mundo. Además, porque le permitió conocer a quienes hacen posible el proceso. “Los maestros roneros, los maestros toneleros. Cada uno habla de sus productos con mucho orgullo, como si fueran sus hijos”, asegura Viloria.

“Un problema en el mundo de los licores es que uno ve las botellas en los anaqueles o en las barras, bien exhibidas, y se olvida de todo el trabajo que hay detrás. Fue muy lindo durante la creación del libro conocer a esa gente”, añade el autor. Por esto el trabajo fotográfico del libro incluyó imágenes en las que aparecieran personas. “Ellos son quienes hacen el producto, no son máquinas”, dijo.

El momento más importante, según Viloria, es cuando se comprende que el añejamiento mejora el licor: “Ese es un proceso, en los 300 años de historia que tiene nuestro ron, que sirve como punto de quiebre, para ir en la búsqueda de productos mucho más ambiciosos. Eso generó un salto en su calidad”, acotó.

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