La alternativa: LA CUEVA

Las editoriales independientes en Venezuela responden ante la crisis del país con apuestas cada vez más arriesgadas, sólidas y meritorias. Presentamos una serie de preguntas que les hicimos a los más destacados sellos nacionales de esta naturaleza, sobre el origen de su iniciativa, la labor que realizan, los autores que publican y sus próximos proyectos. Continuamos la serie con La Cueva Casa Editorial, que se inició en el año 2014 y que está conformada por Diana Vilera Díaz, Rebeca Guerra Bolet, Alejandro Sebastiani Verlezza y Felipe Vilera.

―¿Qué motivaciones y entusiasmos determinaron la creación de su editorial? ¿Cuál es su historia?

“Es dificil para mí explicar eso. Solo puedo decir que cuando hice el libro Maestros de la fotografía en Venezuela, gracias a Total S.A., me quedé prendada de esos fotógrafos, de sus obras, de sus archivos; también me dio un miedo horrible: que muchos estos artistas fallecieran sin que se conocieran sus obras, que esas obras se perdieran y las nuevas generaciones no supieran nada de la fotografía venezolana y su historia. No es entusiasmo propiamente, para mí es pura angustia lo que empuja la creación de este proyecto editorial”.

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―¿Por qué el nombre?

“La primera oficina que conseguí no tenía ni una ventanita. Era un salón oscuro que mi amigo Felix León me ayudó a acondicionar. En ese momento me llamaron para pedirme urgente el nombre de la empresa para registrala y solo pensé en La Cueva, porque justamente eso me parecía el espacio donde íbamos a trabajar: una cueva para refugiarnos de la situación país y producir fotolibros”.

―¿Con qué criterios decide su editorial la publicación de un libro?

“La Cueva tiene tres líneas de trabajo que se expresan en tres colecciones.

Una, Colección Premios Nacionales Fotografía. Aquí publicamos la obra antológica de aquellos fotógrafos que han sido reconocidos con ese galardón; así lo hemos hecho con Joaquín Cortés, Antolín Sánchez, Nelson Garrido, Ricardo Armas y recientemente Paolo Gasparini.

Dos, Colección Estudios. Aquí queremos publicar ensayos y estudios críticos sobre fotografía, producidos principalmente por especialistas en la materia, pero también nos interesan los textos reflexivos que producen los mismos artistas. En este momento estamos preparando la primera serie de esta colección con cuatro firmas: Joaquín Cortés, Antolín Sánchez, Sagrario Berti y Lorena González.

Tres, Ediciones Especiales. En esta colección publicamos proyectos especiales, fotolibros de artista; tal es el caso de La verdadera historia de Paolo Gasparini, que fue presentado el pasado diez de noviembre en el marco de Paris Photo en el stand de la editorial RM; este título de Gasparini fue diseñado por Ricardo Báez y con textos de Juan Antonio Molina y Sagrario Berti”.

―¿Hay libros más apropiados que otros para los buenos oficios de una editorial alternativa?

“No lo creo. Lo que llamas ‘apropiado’ en este caso tiene que ver con el tipo de proyecto que cada editorial se proponga, el equipo de trabajo que se conforme, su consecuencia y su consistencia, el esmero y el cuidado en la preparación de cada título, desde los manuscritos hasta el tratamiento visual de las imágenes, el catálogo de autores, el diseño, por supuesto, los métodos de impresión, de distribución, el feedback de la prensa, el acercamiento de estos títulos con el mundo cultural, educativo, académico”.

―Para un autor, ¿qué diferencia hay entre ser publicado por una editorial alternativa o por una editorial comercial?

“¡Jajajá! Eso, me parece, tienes que preguntárselo más bien a los autores, pero también pienso que todo depende de las líneas de trabajo que tengan cada uno de ellos, sus intenciones y lo que se propongan con sus obras y los mejores lugares para editarlas y difundirlas; yo creo que hay autores comerciales y hay autores alternativos, por decirlo así, y cada oveja tiende a buscar su pareja, pero también debo decirte que en una editorial como la nuestra los autores siempre están muy involucrados en los procesos de edición, y eso es un valor importante, desde la selección de las imágenes hasta la revisión de las pruebas finales. Es un proceso en este sentido bastante personalizado, consensuado, importante para este tipo de fotolibros que hacemos”.

―¿En qué consiste la contribución que las pequeñas editoriales independientes hacen a los lectores?

“Nosotros existimos para todos los lectores y en especial para los interesados en descubrir y explorar el fascinante y complejo ámbito de la fotografía venezolana, vista desde el presente, desde lo que se está haciendo ahora, claro está, pero también retrospectivamente, desde aquellos autores que tienen obras ya conformadas, y ya no están, y por alguna razón sus archivos han permanecido extraviados, o descuidados, por darte un ejemplo, y necesitan de una mirada atenta y elaborada que los relea y pueda transformarlos en una obra, en un fotolibro, en una exposición. Justo aquí entramos nosotros”.

―¿Qué clase de apoyo deberían recibir las editoriales alternativas?

“Económico, por supuesto, así como espacios en los circuitos de difusión y comercialización”.

―¿De acuerdo a su experiencia, diría que son respaldadas por otras instituciones, que suelen recibir financiamiento o apoyo promocional externo?

“En Venezuela, muy poco”.

―¿Qué es lo más difícil de gestionar para una editorial como la suya?

“Conseguir los fondos para pagar las imprentas”.

―¿Cuál es la mayor dificultad con que se han enfrentado en el último año?

“El transporte internacional”.

―¿Qué explica, en su opinión, el surgimiento de pequeñas editoriales independientes a lo largo de los últimos años?

“La aparición de una nueva generación de artistas (diseñadores, escritores, poetas, fotógrafos, artistas visuales) que sostiene importantes nexos con las anteriores, así como un público local, ávido de arte, en todas sus formas, ávido de respuestas, de lecturas, de miradas que le permitan también comprender el presente”.

―¿Cómo influye el contexto nacional en su labor editorial: imprenta, distribución, promoción, ventas?

“Nos ha hecho todo más difícil, pero también nos ha hecho más fuertes en la determinación de alcanzar el logro que nos hemos propuesto: promover la fotografía venezolana”.

―¿Diría usted que el hecho de ser una editorial alternativa ha funcionado como ventaja o como desventaja dentro del mercado editorial actual en el que se desempeñan? ¿Por qué razones?

“A mí me parece más una ventaja, porque me gusta trabaja a un ritmo cada vez más personal y menos empresarial”.

―¿Cómo es la proyección de una editorial como la suya fuera del país?

“Estamos comenzando a proyectarnos internacionamente gracias al apoyo de algunos amigos de La Cueva. Y me encanta poder agradecer por esta vía a Paolo Gasparini –que nos ayudó a estar en Paris Photo 2017– y a Keila Vall de la Ville, que nos ayuda en Nueva York”.

―¿Puede comentarnos algún título o autor particular de la literatura venezolana que deseen o vayan a editar próximamente? ¿Por qué ese título o autor en especial?

“Próximamente editaremos el quinto libro de la Coleccción Maestros de la Fotografía. Está dedicado a Alexis Pérez-Luna, recientemente nombrado Premio Nacional. Tenemos el material de Alexis en revisión hace más de año, está casi listo, y ahora le toca”.

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Para más información sobre La Cueva:

https://www.lacuevacasaeditorial.com/

Instagram: @lacuevave

Twitter: @LaCuevaVe

Facebook: La Cueva Casa Editorial

Linkedin: Casa Editorial La Cueva

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