La sede de la Universidad Nacional Experimental de los Llanos Occidentales Ezequiel Zamora en el estado Portuguesa se encuentra en su peor condición desde que fue fundada en 1975.

Instalaciones dañadas, hurtos, violaciones y asesinatos en los espacios universitarios, deserción estudiantil, fallas en el transporte y la crisis de las unidades de producción agrícola y avícola son los factores que han provocado que la institución, conocida como “la universidad que siembra”, pase por una de las peores crisis universitarias de su historia que los conducirá a un inminente cierre técnico.

El movimiento estudiantil del estado Portuguesa, Grupo de Rescate Universitario Ezequiel Zamora, publicó un informe a inicios del año 2018, que detalla cada uno de los problemas que sufre la universidad en todos los sectores durante los últimos 16 años.

“Desde 2014 el Gruez ha denunciado constantemente las carencias y las irregularidades universitarias, además de su intervención desde 2002 por el Ejecutivo Nacional”, contó Luis Martínez, miembro del movimiento estudiantil.

Deserción estudiantil

En la sede del estado Portuguesa, ubicada en Mesa de Cavaca del municipio Guanare, la deserción estudiantil se ubicó alrededor  de 70% para finales de 2017 y luego del último informe en junio del 2018 aumentó a 82%, según la Dirección de Admisión, Registro y seguimiento Estudiantil.

El informe contabiliza que de 1.279 estudiantes regulares de las distintas carreras, solo 400, aproximadamente, están cursando sus estudios universitarios, puesto que desde el mes de septiembre de 2017 la universidad tiene suspendido el servicio de transporte, lo que dificulta y afecta a los estudiantes para llegar a la casa de estudios.

Durante el periodo de “intervención”, la casa de estudios ha tenido nueve rectores diferentes, que en su mayoría no son profesores universitarios.

Abandono laboral e inseguridad

La deserción no solo ha afectado a los estudiantes, sino también al gremio de docentes y el personal obrero, que debido a la crisis humanitaria y social de Venezuela han abandonado sus puestos de trabajos en busca de mejores opciones.

“En 2017 hicieron dos concursos para atraer profesores, en el que ingresaron más de 60 docentes, de los cuales solo 25 hacen vida laboral en la universidad, lo que deja en más de 70% la deserción de los profesores”, dijo Martínez.

En cuanto al sector obrero, el informe explica que 25% de la planta trabajadora de la Unellez está jubilada y 30% dejó la casa de estudios por la crisis social y económica del país.

Las instituciones y las universidades son símbolo de progreso para cualquier país, pero en Venezuela los estudiantes cada día ven socavados las posibilidades de lograr una mejor nación.


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