¡Maduro destrozó el país! Solo bastaron cinco años para ver cómo un país con las mayores reservas de petróleo en el planeta, con inmensos recursos, con una ubicación y bellezas geográficas únicas en el planeta para generar una inmensa industria del turismo, con una biodiversidad que tiene especies que solo pueden reproducirse en hábitats en donde se plasma las cascada más alta del mundo, o las formaciones montañosas (tepuyes) cuyas cimas son el espacio del cielo terrenal, así como recursos hídricos que no posee ninguna otra nación petrolera, pero que para desgracia de los venezolanos, esa cuantía de minerales, energía y bondades naturales, fueron destruidas por un gobierno que haciéndose llamar “socialista”, empobreció a toda una nación, razón por la cual, al robarme el futuro, y no tener alternativas ante tanta destrucción, he tomado una decisión: Me voy de Venezuela.

¡Maduro destrozó el país! Pero, además, en el lustro que ha ejercido el poder, este individuo nos ha robado las libertades democráticas. Aquí, alguien que no sea afecto al Partido Stalinista Único de Venezuela (PSUV), si logra ganar unas elecciones regionales, municipales o legislativas, inmediatamente comienzan contra estos una persecución política, o bien para “inhabilitarlos” o apresarlos sin justa causa, o, en su defecto, inventar sin pruebas de ningún tipo (salvo grabaciones sin mostrar los rostros de los presuntos culpables), actos jurídicos que coloquen en “desacato” a poderes autónomos como la Asamblea Nacional, mientras esas mismas grabaciones son ignoradas cuando se refieren a denuncias sobre altos jerarcas, y cuya voz del denunciante, convicta y confesa, pertenece a quien conduce hasta programas con nombre de “hojilla”. Es más, incluso, si algún disidente de ese madurismo aspira a ser candidato, resulta insólito ver cómo la autoridad electoral le niega la posibilidad de que su rostro aparezca en el tarjetón electoral. Ante esa aberrante realidad, no tengo más alternativa: me voy de Venezuela.

¡Maduro destrozó el país! Hoy, mi salario no llega a un dólar diario, lo cual nos coloca incluso por debajo de las naciones más pobres de África, es decir, podemos decir que ni siquiera la africanización invadió Venezuela, sino que esta monstruosa conducción del país originó la “madurización” como un nuevo concepto en la forma del acelerado empobrecimiento de una nación. Tal es el sentido de autodestrucción que vivimos como país que hasta un profesor está planteando la llamada bazofiación de la sociedad¹, como parte de una nueva concepción política, económica y social en los contextos de gobiernos que mezclan lo peor del fascismo, nazismo y estalinismo, para generar un neototalitarismo que someta al pueblo ante el hambre y sus necesidades de miseria social, que perpetúe en el poder a una privilegiada casta política, es decir, mientras ellos se enriquecen, la gente sin tener más alternativas, tiene que subyugarse ante las dádivas de semejante gobierno para medio sobrevivir, mientras ese gobierno, incluso amparado en una ilegítima e ilegal “constituyente” impone con grupos paraestatales, policiales y militares el control de cualquier sublevación social que pudiera generar caos y zozobra política en cualquier espacio de los estados. Ante ello: me voy de Venezuela.

¡Maduro destrozó el país! Es horrible ver que mueran niños y ancianos por desnutrición o enfermedades como el paludismo, la malaria, la difteria o el sarampión. Saber que las mujeres embarazadas tienen que ser objeto en sus alumbramientos, en el mejor de los casos, sobre sillas de salas de espera, o acostadas en el piso, para que después sus hijos, recién nacidos, sean colocados en cunas de cartón. No quiero seguir viendo la muerte de venezolanos que sufren de hipertensión, diabetes, insuficiencia renal, cáncer, enfermedades seropositivas, o hasta de trastornos neurológicos, porque no tienen medicamentos, y el gobierno niega la crisis humanitaria, echándoles la culpa a otros presidentes de la región, cuando sabemos que la crisis asistencial lleva el tiempo que Maduro tiene en el poder. Ante esta incurable realidad: me voy de Venezuela.

¡Maduro destrozó el país! Pero mientras muchos venezolanos, con toda la razón siguen emigrando de este infierno en que hoy es la patria de Bolívar, cuyo signo monetario quedó convertido en polvo cósmico por las nefastas decisiones políticas y económicas, lo cual es un plan que ha generado el neototalitarismo para que parte del pueblo abandone la nación, al hundir a la mayoría de la población en la más absoluta pobreza, y generar persecución política sobre sus adversarios ideológicos, dejando al país sin los profesionales, técnicos y trabajadores que requerimos para enfrentar esta nefasta historia de bazofiación y madurización, y aunque sigamos escuchando de muchos compatriotas la dramática oración: “Me voy de Venezuela”, que tengan claro los jerarcas de la cúpula del PSUV, que su salida del poder está cada vez más cerca.

En consecuencia, en el futuro cercano, otros tendrán que decir, “me voy de Venezuela”, sin obviar que ello les va a implicar pagar tras las rejas por los delitos cometidos contra la nación, y tener que entregarle al pueblo lo que se robaron y malversaron mientras estuvieron ejerciendo el poder.

***

¹ https://www.aporrea.org/ideologia/a251969.html


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!