Este impasse perenne
Que lastima cruelmente
Mis días de oscuro claustro
Este desasosiego que subsume mi ánimo en
Mieles de angustia
Estos grilletes de mi desesperanza
Que aprietan las coyunturas de mi ser
Atormentado por los garfios de
Mis llagas sangrantes
Camino lerdo y desanimado
Por senderos escépticos y bebo
De los pozos profundos donde abrevan
Los orates internos desahuciados de los
Hospicios clausurados por la desdicha
Del rebaño igualitario
Yo también era la lepra incurable y
Supurante de la incredulidad
La bandera negra de la derrota definitiva
El remero del adiós que viajaba
Al país de nunca jamás
Era el mar tembloroso e invisible y
La llanura dormida esquizofrénica de
Mis yoes escindidos eviccionados
Del paraíso decrépito.