35 Sur remite a un lugar preciso, a una cierta latitud, a una franja austral del globo terráqueo. Habla también de una colección de vinos urdidos por Viña San Pedro en el corazón del Valle Central de Chile. Sin aspaviento pero cumplidoras.
Sorprenden estos vinos, obviamente en el contexto de su sencillez, capaces de ofrecer la franqueza de la fruta madura, sin astringencias ni asperezas, y el frescor de una acidez muy bien lograda, lo que los hace fáciles y ricos en boca, perfectos para comer, servidos frescos a 15 grados, y versátiles para atacar viandas diversas, por ejemplo carnes blancas o rojas, pescados, antipasti, pastas, pizzas, ensaladas, quesos frescos o maduros.
El valor de este tipo de vinos estriba en que hacen posible en la copa jugos honestos y capaces de acercarte al tema.Aquí legos y entendidos pueden encontrar placer, más allá de exigencias muchas veces injustas e inútiles, más aún cuando tomamos muy en cuenta el valor de cada frasco, cuestión que se olvida fácilmente cuando se le pide a un vino cualidades que no podrá dar nunca, más si recordamos las cientos de miles de cajas que elabora Viña San Pedro de esta marca, no podemos dejar de sorprendernos porque en cada uno de sus varietales hay calidad y argumentos de frescor y fruta mucho más allá del precio que se paga por ellos.
Este es, precisamente, el tipo de vino para todos los días, el vino que los restaurantes deberían ofrecer por copa y a buen precio, reivindicando esta opción tan mediocremente tratada en nuestro país.
35 Sur se ofrece en varietales Reserva Cabernet Sauvignon, Carménère, Sauvignon Blanc (posibles en Venezuela), Chardonnay, Syrah y Merlot. Los tintos, atinadamente, son criados apenas 6 meses en roble, pero solo 30% de la mezcla total de cada uno de ellos, esto con el fin de preservar el protagonismo de la fruta, tantas veces opacada por la influencia excesiva e innecesaria de la madera.
35 Sur: vinos amigables y sabrosos, imposible pedirles más. ¡Salud!