Qué horror lo de Venezuela. ¿Hasta cuándo? Para este año el FMI prevé una inflación de 13.000%. Sí, 13.000% y puede ser más. El PBI se contraería en 15%. En 2016 cayó 16,5% y el año pasado 14%. En 6 años la economía se achicó a la mitad. El costo de la canasta básica para una familia es  25.123.437.34 bolívares. Sí, más de 25 millones de bolívares: unos 140 salarios mínimos.

Caracas es considerada la ciudad más violenta del orbe y Venezuela está entre los países más peligrosos del planeta. También se le califica como uno de los tres más corruptos del mundo.

Un millón largo de venezolanos han emigrado. Desde julio hasta diciembre de 2017 se fueron 832.000. Huyen del infierno. Gente buena, muy preparada, que busca trabajo, dispuesta a hacer lo que sea. Hacen que crezca la solidaridad con el pueblo venezolano y el repudio a la dictadura.

Nicolás Maduro adelantó las elecciones. Será candidato. Y piensa hacer trampa, que a nadie le quepa duda. Y trampas varias: Leopoldo López, Henrique Capriles y Antonio Ledezma no pueden ser candidatos, por ejemplo. Los dos primeros juntos duplican a Maduro, según las encuestas.

Mientras, la oposición dividida. Unos que se presentan y otros por la abstención. Más horrores o tristezas. Ni hablar de un candidato único. Hay quienes hablan de un candidato apartidario, un outsider. ¿Otra vez? Con Chávez  la experiencia resultó desastrosa. De cualquier manera, es de las pocas alternativas que quedan.

¿Cuánto más durará el régimen chavista? ¿Cuándo se van? No tienen intenciones de irse. Además, ¿adónde van a ir? Tratarán de alargar la agonía con las elecciones. Aunque el blindaje de estas es cada vez más endeble, ¿quiénes le saludarán? ¿Evo Morales, el Papa, Ortega, el gobierno y el Frente Amplio uruguayo? Mensajes de felicitación de Lula, Cristina Kirchner y Correa, más los países asiáticos que, como se verá en algún momento, son los dueños de la pelota.

¿Qué salida hay? Un golpe de Estado. Nunca es una buena idea. Ni cerca. Pero, además, ¿quién lo daría? ¿Diosdado Cabello? Se trata de una dictadura militar y están muy unidos, y comprometidos.

Por otro lado, es ridículo e inaceptable pensar en una intervención extranjera. A lo sumo alguna “facilitación” de la OEA, para conseguir una salida negociada. En este caso, ¿qué pasa con los chavistas?, ¿cómo quedan? Se les castiga, devuelven la plata o se les perdona todo y hasta se les aseguran algunos “escaños” como a las FARC. La solución no va por ahí, esperemos. ¿Asegurarles un exilio dorado, como pasaba antes? Imposible: ¿cuántos son? Basta con recordar cuánto costó ubicar al sha de Persia. Y en el caso de los chavistas son miles de sha, ¿y qué les queda?: Bolivia, Nicaragua, Uruguay, el Vaticano. Además, con poca capacidad de maniobra: fronteras  cerradas, bienes embargados y cuentas bloqueadas. Son demasiados los que están como obligados a resistir. Y esto es lo grave y malo.

Está la presión  internacional. Es pertinente y legítima. Pero, ¿cuáles son sus efectos? Aumentarán las desgracias del pueblo venezolano, más emigrados, más protestas, más represión.

En algún momento va a explotar. Tal como están las cosas es natural que se prevea así .Y eso no sería bueno. Asusta recordar el fin de Gadafi. Y Venezuela se bambolea entre Libia y Siria. Qué horror.

Pero aún pensando en la mejor de las salidas, en paz y negociada, el susto no desaparece. ¿Quién va a tomar las riendas? Lamentablemente la oposición no parece estar preparada. No consigue ni unirse para ir con un candidato único. Y vuelve la pregunta: ¿qué pasa con el chavismo y los chavistas? Los proscriben, los echan, los meten presos o los “blanquean” y pasan a ser un partido más. Como el PT de Lula y el peronismo kirchnerista de Cristina, que son las versiones brasileña y argentina del chavismo. ¿Quién va a poder gobernar con esa gente suelta, activa, encaramada en el Estado, con mucho dinero (robado) y legalizada?

Y si aún  se diera la mejor de las fórmulas, está la parte económica, la recuperación. Puede que se facilite con la ayuda y la solidaridad internacional. Pero, siempre aparece un pero, ¿qué harán los chinos y los rusos, que hoy son los que tiene las mayores tajadas? ¿Y los brasileños, que también hicieron lo suyo en épocas de Chávez con un Lula que “promocionaba” a las grandes empresas brasileñas? Cuando se desate ese paquete nadie puede calcular ni imaginarse todo lo que puede aparecer.

Pobre Venezuela, lo que le han hecho. Es un horror.


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