Los resultados de las elecciones regionales hay que resumirlos con una oposición que fue derrotada por la maquinaria del Partido Socialista Unido de Venezuela, pero ese partido no puede obviar que Maduro también fue derrotado, al no lograr mantener la votación que obtuvo en las elecciones presidenciales de 2013, y lo que es peor, la “constituyente” quedó deslegitimada, razón por la cual fue rechazada por el pueblo, al no alcanzar ni siquiera los 6 millones de votos, de acuerdo con los boletines otorgados por el Consejo Nacional Electoral, es decir, una pérdida superior en 2 millones de votos, entre los sufragios que supuestamente logró el día de su “elección” el 30-7-2017.

En consecuencia, esta elección nos deja tres lecturas:

1) Una oposición desgastada en sus mensajes y liderazgos, que de no ser renovada de manera inmediata, y en especial deslastrarse de María Corina Machado, como enemiga que tienen en sus filas, porque de no haber sido por ella, y sus permanentes llamados a la abstención, incluso decir públicamente que no votaría en las regionales, influyó directamente para que aproximadamente 10% de la oposición radical no fuera a votar. Eso determinó para que el madurismo ganara entre seis y ocho gobernaciones donde los resultados fueron muy estrechos, como, por ejemplo, Miranda, Carabobo y Vargas, es decir, la importante zona centro-norte del país.

2) Si Nicolás Maduro piensa que este fue un triunfo suyo, está muy equivocado. Y no vengan a decirme los agoreros que estos comicios no eran “presidenciales”. No olvidemos que el actual presidente de la República, ganó en 2013 con 7.587.532 votos, y si ahora tiene aproximadamente 1,7 millones de votos menos, máxime cuando la población electoral se ha incrementado en más de 1 millón de electores entre el año en que fue electo y 2017, es un dato estadístico muy grave, el cual demuestra el deterioro del “liderazgo presidencial”. Es más, si Maduro piensa que los votos de esta elección se los puede “endosar” ante unas eventuales elecciones presidenciales, nuevamente está equivocado, en especial, porque habría que ver hasta qué punto miles y miles de electores que fueron presionados en estas elecciones regionales para votar a favor de los candidatos del PSUV, también lo harían nuevamente en su favor, ante una posible “reelección”. Honestamente, considero que Maduro quedó muy debilitado como “líder” del PSUV, sin contar el enorme rechazo que tiene sobre la población.

De hecho, si usted totaliza los resultados publicados hasta el momento de redactar estas líneas en la página electrónica del CNE, el madurismo ha obtenido 5.765.681 votos contra 5.107.724 de quienes votaron en contra de su gobierno, razón por la cual los resultados que suministró el presidente en términos porcentuales no coinciden con los datos oficiales del ente rector en materia electoral.

3) Y en relación con la constituyente lo que sí resulta evidente es que cuando sean totalizados los votos de todas las regiones el madurismo será nuevamente derrotado, independientemente del número de gobernaciones que obtenga cada bando. Esa será una realidad que también pondrá en jaque a la «constituyente» madurista, porque no habrá forma de justificar los supuestos más de «8 millones de votos» que habrían totalizado el 30 de julio. Creo que sería pleonástico, explicar lo que está a la vista de todos, pero que también señalé en su momento, cuando desde otro análisis¹, aseguré que el PSUV no tenía más de 6 millones de votos posibles, aunque movilizara toda su maquinaria.

Es cierto que la Mesa de la Unidad Democrática fue derrotada ampliamente por la maquinaria del PSUV, sin menospreciar que el gobierno se valió de un brutal ventajismo en todos los órdenes políticos, jurídicos, económicos y mediáticos, llegando incluso a manipular el voto de muchos venezolanos con el hambre y las necesidades que estos están pasando. Pero eso no siempre será así, menos en una eventual elección presidencial, en donde ya pronostico que si Maduro es el candidato, el PSUV será derrotado de manera catastrófica; verbigracia, Maduro sería la peor selección que pudieran hacer los llamados “revolucionarios”. Y sobre la “constituyente”, aunque los laboratorios del PSUV, empezando por Jorge Rodríguez, intenten explicar cualquier subterfugio o hecho sin argumentos convincentes, salvo para su claque, ese grupo no solo ha quedado deslegitimado y sin autoridad moral ante el pueblo, sino que ha resultado evidente que jamás lograron “8 millones de votos”.

La MUD fue derrotada, pero también Maduro fue ampliamente derrotado, y la “constituyente” en estas regionales se comprueba que es fraudulenta desde su origen. A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea.

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¹ https://www.aporrea.org/ideologia/a250057.html


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