Del año por concluir en teatro, además de lo mencionado en nuestra anterior columna, se destaca el Premio de Dramaturgia Isaac Chocrón recibido por José Gabriel Núñez gracias a su texto de Casa de sangre y cenizas, mientras que Ricardo Nortier se llevó el de Mejor Puesta en Escena por El cuarto de atrás, obra de su autoría que contara con los trabajos de Haydée Faverola (Premio Chocrón como Mejor Actriz) y Diana Volpe.

El Centro TET celebró sus 45 años de vida artística con Acto cultural de José Ignacio Cabrujas, como cierre de un año de actividades en el que sobresalieron trabajos como El río bajo el río, y los presentados en El viaje teatral (Festival de teatro de noveles directores), en el que Jonathan Collet, Mateo Cestari, Joe Justiniano y Andreina Salazar pudieron mostrar sus propuestas escénicas.

Luigi Sciamanna abordó con Tres edificios de Berlín temas universales como la libertad, la religión, la comunicación y la ciudadanía, mediante una puesta en escena que contó con la participación de Eulalia Siso y María Alejandra Telliz, junto con Paul Gámez, Carlos Clemares, Richard Clark y Raoul Gutiérrez.

De Gustavo Ott logramos apreciar La foto, obra ganadora del Primer Concurso de Dramaturgia del Trasnocho Cultural, en una puesta en escena dirigida por Héctor Manrique. La pieza, que explora la exposición de las intimidades personales a través del uso de las redes sociales, contó con las interpretaciones de Martha Estrada, Patty Oliveros, Claudia Rojas, Angélica Arteaga, Pedro Borgo y el propio Manrique.

Juan Carlos Ogando se transformó en Marcos Pérez Jiménez en La catira del general, obra escrita y dirigida por Javier Vidal, aproximándonos al encargo literario hecho por el general al escritor Camilo José Cela (personificado por Sócrates Serrano), que dio como resultado la publicación de La catira. Les acompañaron Gonzalo Velutini y Jan Vidal.

Dos montajes coincidieron en representar Terror y miseria del Tercer Reich de Bertolt Brecht. El primero dirigido por Félix Herrera para Escena de Caracas, y el segundo por Marisol Martínez en la sala Rajatabla, quien logró aproximarnos a las perversidades del pensamiento nazi mediante una efectiva puesta en escena. De la misma realizadora vimos Hotel Kafka, con la que nos condujo por un recorrido en el Teatro Nacional, utilizando textos del célebre escritor. Aníbal Cova y Abel García nos mostraron la visión del futuro plasmada por George Orwell en su novela 1984, en una propuesta teatral protagonizada por Elvis Chaveinte.

Juan José Martín siguió explorando la dramaturgia contemporánea alemana, esta vez en Trozo de ganso de Martin Heckmanns, en la que se aborda el tema de la inmigración. Un tema también tratado por Ana Melo en Sopa de tortuga, obra en la que diversos venezolanos coinciden en un bistró francés durante una particular noche.

Iniciativas diversas, de veteranos y jóvenes, de temas distintos, que lograron enriquecer la cartelera teatral caraqueña del año a pesar de todas las dificultades, permitieron mostrar el trabajo de un sector que, con pasión y mística, sigue apostando por la calidad de sus propuestas creativas.

@jose_pisano


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