El régimen de Nicolás Maduro optó por aumentar las ventas de petróleo a Estados Unidos en 2018, a pesar de la caída del 23% de la producción de crudo en los primeros 7 meses del año. Un desplome de 361.000 barriles por día cuando se consideran los datos de la agencia Platts para julio y de las fuentes secundarias de la OPEP para el primer semestre de 2018. Sin embargo, Maduro incrementó la exportación hacia las refinerías estadounidenses en el golfo de México en 42.000 bpd (10%), con respecto al volumen que envió en enero de este año.

Asimismo, Maduro incrementó en 47% la compra de productos refinados de petróleo a Estados Unidos para satisfacer el mercado interno, y para mezclar con el petróleo extrapesado de la faja petrolífera del Orinoco. Es decir, la caída de la producción de crudos livianos y de las refinerías (Paraguaná, Bajo Grande, El Palito, y Puerto La Cruz) ha sido compensada con los 124.000 bpd importados desde las refinerías estadounidenses durante los primeros 5 meses de 2018, según la Administración de Información de Energía de Estados Unidos (EIA por sus siglas en inglés).

En 2017, las cifras de exportación de petróleo a Estados Unidos muestran una caída de 280.000 bpd promedio año, equivalente a 39%. Igualmente, se nota un desplome de la producción total de petróleo en 356.000 bpd para el mismo período, según las fuentes secundarias de la OPEP. Por lo tanto, las exportaciones de crudo hacia Estados Unidos fueron afectadas por la bajada de la producción venezolana, representando 76% del total de la caída.

Esta decisión del régimen de Maduro –el mejor mercado para el petróleo venezolano, por su cercanía y condiciones de pago en efectivo– causó la caída de los ingresos en dólares de la caja de Pdvsa y el Banco Central de Venezuela, porque los envíos de petróleo a China y los países de Petrocaribe no generan el ingreso de divisas en efectivo.

Además, la forma como el régimen de Maduro venía financiándose con los bonos de Pdvsa y de la República, y la renovación de los préstamos del Fondo Chino fueron afectados en 2017 por las sanciones financieras de Donald Trump –hace un año–, y el período de gracia otorgado por el gobierno de Pekín (Banco de Desarrollo de China) al de Venezuela.

Por lo tanto, la necesidad del régimen de Maduro de obtener dólares en efectivo, frente a la caída de la producción de crudo, hizo que la política de recortar la exportación de petróleo a Estados Unidos fuese cambiada hace 5 meses, cuando Pdvsa facturó 687 millones de dólares, el monto más bajo este año. 

A partir de ese momento, febrero, el régimen de Maduro incrementó los envíos de crudo a Estados Unidos (el imperio), que pasó a ser de nuevo el mayor cliente del petróleo venezolano, vendiéndole 1 millardo de dólares promedio mes. Lo que le ha permitido al régimen de Maduro seguir recibiendo dólares contantes y sonantes.  Para el período enero-julio 2018, el monto acumulado fue 6.645 millardos de dólares, 300 millones de dólares adicionales al valor correspondiente en 2017.

De acuerdo con la página web tankertrackers, en julio, las exportaciones de petróleo de Venezuela fueron 995.000 bpd, desglosadas de la siguiente manera: Estados Unidos 412.000 bpd (41%); la India 267.000 bpd (27%); China 137.000 bpd (14%); Trinidad y Tobago 56.000 bpd (6%); Cuba 36.000 bpd (4%); Aruba 34.000 bpd (3%); Jamaica 33.000 bpd (3%) y Suecia 20.000 bpd (2%). Lo que ratifica el cambio de estrategia del régimen de Maduro al exportar 79% a los mercados que pagan en efectivo. Mientras las ventas que no generan ingresos, China y los países de Petrocaribe, recibieron 21%. 

La otra parte que ha sido afectada es el volumen colocado en el mercado interno. En junio y julio, el sistema de refinación nacional recibió 289.000 bpd y 245.000 bpd, respectivamente. Lo que indica que opera a solo 20% de su capacidad.

El desastre de la industria petrolera –en julio la producción de Occidente fue 289.000 bpd, la más baja desde 1932– hace que el régimen de Maduro haga caso omiso de la revolución socialista, para recibir los dólares provenientes de la venta de petróleo a las refinerías del imperio. Deja a un lado los gobiernos aliados de China y países de Petrocaribe, al reducirles a un mínimo las exportaciones de crudo. Por lo cual, Pekín (China National Petroleum Company) está solicitando la entrega de reservas de petróleo como garantía, de la misma manera que Maduro propuso para el fortalecimiento de la reservas internacionales entregar un bloque de reservas de la faja petrolífera del Orinoco al BCV.

En conclusión, Maduro busca mantener su status quo con las ventas de crudo y las compras de productos refinados al imperio, sin la menor intención de mejorar la vida de la mayoría de los venezolanos. 


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