Como parte del primer Festival de Dramaturgia Europea y en representación de Italia, se presenta en la sala El Dedal de La Caja de Fósforos la obra Dissonorata (Deshonrada en dialecto calabrés) de Saverio La Ruina. Escrita en 2006, fue estrenada ese mismo año con su título original Dissonorata. Un delito d’onore in Calabria (Un delito de honor en Calabria), siendo dirigida e interpretada por el mismo La Ruina, ganando con ello sendos premios UBU (principal reconocimiento al teatro italiano), en las categorías de Mejor Obra y Mejor Actor.

Un monólogo que habla en primera persona de una mujer y de problemas totalmente femeninos, en particular de las mujeres del sur de Italia, quienes hasta mediados del siglo pasado vivieron una época en que el matrimonio parecía ser la única forma para poder ser tomadas en cuenta, permitiéndoles ocupar un lugar dentro de la sociedad, primero como esposas y eventualmente como madres. Su ingenuidad era aprovechada en ocasiones por algún joven seductor, quien con falsas promesas de compromiso, en búsqueda de simple placer, lograba su entrega física para finalmente abandonarlas, convirtiéndolas en causas de vergüenza y humillación para sus familias.

Dirigida por Orlando Arocha y protagonizada por Diana Volpe como Pascualina, Dissonorata se convierte en el reflejo de un hecho lamentablemente común aún hoy en día, pues en ciertas regiones del mundo, por temas religiosos o sociales, se castiga a la mujer con atroces castigos que atentan contra su dignidad como persona.

Como en una tragedia griega, Arocha se vale de un coro femenino, que con canciones en dialecto calabrés, la lengua en la que fue originalmente escrita la pieza, acompaña a la protagonista en la narración de su historia. Una puesta en escena que desde la penumbra, en un espacio pintado de negro, nos hace presagiar los terribles sucesos por ocurrir. Pascualina nos lleva por un paseo a lo largo de su vida, desde sus inocentes sueños de juventud, pasando por el sometimiento a la voluntad de un férreo padre en la realización de primitivas actividades domésticas, hasta el enamoramiento y las consecuencias de su entrega. 

Diana Volpe conmueve en su interpretación, apoyada fundamentalmente en el trabajo expresivo de su rostro y de su voz. Junto a ella se encuentra este grupo de mujeres, ataviadas en un sobrio vestuario atemporal (es de destacar el trabajo realizado por Joaquín Nandéz), de colores oscuros y telas crudas (en contraste con la vestimenta de Pascualina, más próxima en tejido y tonos a su origen), acompañados de tocados que en conjunto simbolizan la milenaria discriminación a las cuales históricamente fueron sometidas por su condición femenina, mientras que como coro participan con canciones típicas de la zona, en el desarrollo de la historia.

Necesaria y vigente, Dissonorata puede ser vista en la sala El Dedal de la Concha Acústica de Bello Monte, hasta el domingo 8 de octubre, los días sábado y domingo, a las 6:00 pm.


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