Mientras persista la debacle en la industria petrolera, la corrupción, el despilfarro de los dineros públicos y la improvisación,  no tendrá éxito ninguna medida implementada  desde Miraflores para la reactivación de la economía. La de reciente data, con malévola y perversa intención, está orientada a pulverizar la empresa privada y condenar a formar filas en el largo contingente de desempleados a millones de personas.

Todo esto se traduce en que continuará oscureciéndose el ya sombrío panorama con las nefastas consecuencias de más hambre, miseria y toda clase de penurias que como las bíblicas plagas egipcias continuarán azotando con mayor fuerza  a nuestro pueblo.

Desde hace dos décadas la economía del país ha venido experimentando una serie de graves desajustes y desaciertos producto de la incapacidad y la negligencia. Se ha producido una considerable baja en la producción de bienes y servicios (PIB); el serio deterioro de nuestra industria petrolera con altos índices de disminución en la producción y la pérdida casi total del aparato productivo.  En 1998, Pdvsa superaba con creces la cifra de 3.500.000 barriles diarios como promedio en su producción de crudo, mientras que en la actualidad se encuentra en apenas 1.300.000  con  tendencia a continuar disminuyendo, estimándose en menos de 1.000.000 al finalizar el año.

Estos elementos, entre otros, han  profundizado el agravamiento de la calidad de vida de los venezolanos debido a la campante irresponsabilidad, los errados diseños,  desacertadas políticas aplicadas en estas áreas, produciéndose un fenómeno hiperinflacionario con la espantosa escasez de los productos básicos jamás conocida en nuestro país, aunada con serias dificultades en los servicios médico asistenciales, llegándose a los extremos de una crisis humanitaria que requiere de urgente intervención de la comunidad internacional.

Destacó Antonio en reciente declaración que “una nueva administración en Venezuela debe tener entre sus prioridades la renegociación de la descomunal deuda pública, y en este sentido, ya se encuentran elaborados importantes estudios que permitirán conseguir fondos frescos por casi 80.000 millones de dólares y donaciones sobre planes específicos de gobiernos solidarios”. Será necesario también rescatar bienes saqueados y capitales obtenidos ilícitamente, los cuales serán  repatriados.

Se trata de negocios sucios, hechos con marramucias por jerarcas del régimen. Fueron descarados robos con operaciones fraudulentas a través de los bonos, notas estructuradas, compras fantasmas y con groseros sobreprecios. Hay que continuar detectando esos dineros para proceder luego a su recuperación a objeto de financiar la reconstrucción del país. Es tan alto el volumen  de los dineros mal habidos que con el rescate de lo que está depositado en la banca  de Andorra y en Suiza sería suficiente para adelantar un plan agrícola y pecuario.


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