Ha transcurrido una semana desde que Nicolás Maduro anunció el aumento de la gasolina en Venezuela. En ese momento dijo que “el nuevo sistema de cobro iba a ser sometido a pruebas por 15 días en 8 de los 23 estados el país: el sureño de Bolívar, limítrofe con Brasil; los de Delta Amacuro, Falcón y Sucre, en el Caribe venezolano, y en los estados occidentales de Amazonas, Apure, Táchira y Zulia, fronterizos con Colombia”. Asimismo, informó que la venta de combustible en los 85 municipios fronterizos sería a través de un sistema electrónico con varias medidas de seguridad para evitar el contrabando a los países vecinos, porque el “nuevo sistema tiene el objetivo de cortarles las manos a las lacras colombianas que nos roban la gasolina y que se llevan miles de millones de dólares de gasolina que le pertenecen a Venezuela”.

El nuevo sistema para comprar la gasolina subsidiada por el régimen exige que el ciudadano esté registrado en el Sistema Carnet de la Patria y el vehículo en el Censo Nacional de Transporte. El resto de la población tendrá que cancelar “el precio internacional del combustible” que se conocerá el 1° de octubre. Además, el nuevo sistema incorpora la captura de la huella dactilar para activar el surtidor de gasolina.

El relato oficialista establece el control social de la población como el mecanismo para evitar el contrabando de combustible que para 2015 era 100.000 barriles por día, según Eulogio del Pino. Un negocio ilícito que vale alrededor de 4,5 millardos de dólares anuales con el precio de Colombia, 0,77 dólares el litro de gasolina.

Por otra parte, el volumen de negocio del contrabando de gasolina en Venezuela está a nivel de las otras actividades que desarrolla el Estado mafioso, como la droga, el oro, el coltán, entre otros. Según el Centro de Investigaciones del Crimen Organizado, Insight Crime, el contrabando de gasolina en la frontera colombo-venezolana es manejado por la Guardia Nacional de Venezuela y el Ejército de Liberación Nacional de Colombia.

La gran caída de la producción de petróleo y productos refinados por la crisis que atraviesa la industria petrolera en Venezuela conllevan a un desplome de la oferta de combustible. Por lo que las medidas tomadas por el régimen de Maduro apuntan a un racionamiento de la gasolina en Venezuela, para seguir satisfaciendo el negocio del contrabando de gasolina.

La afirmación del régimen de que el nuevo precio del litro de gasolina estará por encima del valor en Colombia es poco viable, porque el valor resultante sería 47 bolívares soberanos. Y con este nuevo precio, llenar un tanque de 40 litros costaría el equivalente a un salario mínimo.

Asimismo, la intención de Maduro de “ahorrarse más de 10 millardos de dólares [para invertir] en beneficios para nuestro pueblo” es un cuento chino, porque la realidad indica que la gran mayoría de venezolanos comprará la gasolina subsidiada por Maduro. Por lo que Pdvsa seguirá subsidiando la gasolina como lo ha venido haciendo hasta ahora.

Maduro afirmó que 80% del parque automotor, 3.385.837 vehículos automotores, se registró en el Censo Nacional de Transporte (CNT), y que “se sacaron nuevos carnet de la patria 1.800.000 venezolanos”, para un total 18.395.792 carnetizados” equivalente a 90% del registro electoral permanente.

Por lo tanto, el ajuste del precio de la gasolina no es económico ni financiero. Es político. El ajuste tiene el objetivo de dominar la voluntad del venezolano imponiendo un racionamiento en el uso del combustible y un control de su movimiento, a la vez que le permite a Maduro mantener el contrabando de gasolina con la GN y el ELN.

Por ello, Maduro dice: “Confíen en mí, tengan fe, confianza absoluta en que la nueva política de hidrocarburos con el sistema carnet de la patria y de esta máquina de huella dactilar va a traer [el mar de] felicidad, prosperidad, ahorro y nuevos ingresos”. Y el ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, lo secunda, diciendo: “El presidente ha dado un paso audaz para revertir la situación [económica]. Tenemos que darle una dosis de confianza al programa [paquetazo]. A confiar, a ser optimistas. Tenemos que apostar al programa y a su éxito”.

Un precio del litro de gasolina por debajo de 50 bolívares soberanos y el subsidio del combustible generan las condiciones para el desarrollo del mercado negro y el contrabando del combustible.

Es por todo esto que Maduro no anuncia el nuevo precio de la gasolina todavía, porque desviaría la intención política del aumento, que es el sometimiento del pueblo venezolano ante un país que se va a paralizar.


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