Improvisar es hacer algo de pronto, sin haberlo preparado previamente ni siquiera pensado y sin que el entorno lo espere.

Lo de Pdvsa no llega siquiera a un «como vaya viniendo vamos viendo». En el célebre dicho, de algún modo, están presentes la percepción de la realidad y la reacción a tal percepción, y entre ellas se aloja la posibilidad de una reflexión, si bien desprovista de posibilidades planificadoras de mediano y largo plazo, si al menos reposada y adaptativa.

Pdvsa es la imagen viva de la primera y única regla administrativa del chavismo: la incompetencia y la improvisación patética.

Ahora nos quieren vender el cuento de que con ayuda de los franceses de Schlumberger y los norteamericanos de Halliburton, aumentarán la producción de la faja entre 200.000 y 300.000 barriles diarios. Lo anterior dicen que lo lograrán «profundizado un poco más en un modelo de relación de confianza» que tienen con Schlumberger y Halliburton.

El novedoso modelo de confianza, según las propias palabras de la vocería de Pdvsa recogidas la semana pasada en la prensa nacional, consiste en que extraerá dicha cantidad de barriles de crudo de la faja y se los darán en pago a Schlumberger y Halliburton. Así, el incremento esperado de 200.000 barriles se irá completo en gastos de operación.

Con los propios datos suministrados por Pdvsa, en sus estados financieros consolidados auditados 2016, nota 33, “Información sobre producción de petróleo crudo, líquido de gas natural, refinación y exportaciones”, sabemos que resulta imposible materializar lo que afirma.

Según la mencionada nota, la producción de la faja en los últimos 3 años, 2014, 2015 y 2016, ha sido respectivamente, 1,25 millones de barriles diarios, 1,32 millones de b/d y 1,28 millones de b/d. En otras palabras, la última vez que pudieron aumentar la producción en la faja teniendo todavía dólares, pasaron de 1,25 a 1,32 millones de barriles diarios, es decir, un aumento de tan solo 70.000 barriles. Más aún, en 5 años en la faja y con dólares, solo han podido incrementar la producción, en promedio, unos 25.000 barriles diarios por año.

Ahora bien, para que tal negociación se materialice, Schlumberger y Halliburton, que ya saben cómo se bate el cobre porque han sido acreedores de Pdvsa, jugarán rudo en el contrato. Sin embargo, estas dos firmas, que ya leyeron los mencionados estados financieros extracreativos y auditados, tienen que resolver el pequeño detalle de a quién le venderán el crudo extrapesado cuando lo reciban en pago por sus honorarios profesionales: en Estados Unidos de América la tienen extradifícil.

Repasemos la situación de Pdvsa en términos de la muy bien reputada publicación de la firma británica British Petroleum (BP) titulada «BP Statistical Review of World Energy 2017», que a lo largo de 66 años ha suministrado al mundo información objetiva, de alta calidad y globalmente consistente sobre los mercados mundiales de energía.

Para junio de 2016, Venezuela era la primera nación del mundo en reservas probadas montantes a 301.000 millones de barriles de crudo, de los cuales casi 74% (222.000 millones) están en la faja del Orinoco y de las cuales Pdvsa extrae, según ella misma lo reporta en la nota 33, la insignificante cantidad de 1,28 millones de barriles diarios para 2016. Digo insignificante porque, a tal ritmo de extracción, Venezuela agotaría su reserva probada de la faja en unos 475 años, cosa que no será problema para el chavismo si la oposición mantiene la torpeza de su accionar.

Según el reporte de BP, finalizado 1998, Venezuela producía 3,45 millones de barriles diarios. Ya para 2016, su producción había disminuido a 2,41 millones de barriles diarios, lo que significa una variación negativa, entre 1998 y 2016, de -30,08%.

Más aún, entre 1998 y 2016, la producción de crudo en Venezuela disminuyó a razón de una tasa compuesta anual de -1,97%. Colocando la lupa entre los años de 2013 y 2016, la producción de crudo en Venezuela disminuyó a una tasa aún mayor e igual a -3,48% interanual, al pasar de 2,68 millones de barriles diarios a 2,41 millones.

La conducta contractual de Pdvsa con Schlumberger y Halliburton, así como las cifras de BP, sugieren que Pdvsa está kaput, está acabada. Según el trabajo de John Argenti publicado en 1976 y titulado “Corporate Collapse”, las causas de que una empresa colapse se encuentran siempre en una dirección incompetente, la misma taxonomía que caracteriza a esta administración desde el año de 1999.

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