En Alemania la meta está fijada: dejar de consumir combustibles fósiles –petróleo, carbón, gas natural y licuado- para 2050. La tendencia de los países industrializados de emplear energías limpias es ya una realidad.

Este panorama deja a los países productores de petróleo, como el nuestro cuyos ingresos dependen en 98% del crudo, en una situación de mayor vulnerabilidad.

Para lograr este objetivo, así como otros trazados en 2015 en el Acuerdo de París –en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático-, Alemania está transformando su modelo de transporte, parte esencial de su economía y también clave para la reducción de los gases de efecto invernadero.

La gran potencia europea lo ve claro: “una economía más sustentable es menos dependiente de la energía fósil. Alemania como un viejo estado industrial tiene la responsabilidad de reducir 95% los gases efecto invernadero para 2050. Las energías renovables deben cubrir al menos 80% del consumo bruto del país para ese entonces”, asegura Benjamin Werhrmann, representante de la organización independiente Clean Energy Wire.

Este reto implica  no solamente un establecer un nuevo esquema económico sino un cambio estructural que incluye nuevos modelos de uso energético, hábitos de consumo y planificación urbana.

Se trata de una estrategia global pues la transformación abarca el tránsito, el medio ambiente, la industria, el empleo hasta la salud.

Algunos países serán proveedores de materias primas para fabricar las baterías de los automóviles eléctricos, como Chile, Argentina y Bolivia, que poseen cerca del 60% de las reservas de litio. En Venezuela no hay suficiente mineral para ser competitiva en esta área.

Mientras más se tarde en adoptar los cambios mayor será la brecha estructural y esto acentuará aún más las diferencias entre las regiones.

Electrificación, automatización y vehículos compartidos

Las emisiones en el sector transporte deben reducirse entre 40% y 42% para 2030 para lograr la independencia de los combustibles fósiles. Actualmente casi 30% de la producción energética alemana proviene de energías renovables, mientras que el consumo de éstas es el 12,6%.

Los jugadores menores han tenido un papel esencial. En 10 años 800 pequeñas corporaciones -20% de ellas de granjeros- han llegado a producir el 37% de la energía renovable, afirma Sebastian Helgenberger, experto del Instituto de Estudios de Sostenibilidad Avanzada (IASS). Esto ha sido posible gracias a un programa de incentivo de retorno de la inversión establecido por el gobierno alemán en 2000.

La mayoría de los estudios concluyen que la electrificación del sector transporte será crucial. Para 2030, 20% de todos los vehículos -100 millones de carros y 400 millones de vehículos de 2 o 3 ruedas en todo el mundo- deben ser eléctricos.

Sin embargo, sustituir motores de combustión con motores eléctricos no es suficiente. Requiere repensar el uso del transporte en las ciudades y áreas rurales para hacerlos más eficientes y amables con el ambiente.

A la vez que se amplía el uso de transporte público eléctrico, éste se interconectará con otras opciones de movilidad, incluyendo la modalidad de vehículos compartidos: como carros, bicicletas o taxis.

Wolfgang Aichinger, del think tank independiente Agora, destaca que la idea es pensar en una movilidad sustentable sin limitar la movilidad, lo que implica modificar el transporte. Los tres pilares para ello son la electrificación, la automatización y  los vehículos compartidos.

“Se reducirá el consumo de terrenos, se mejorará la calidad del aire, se reducirá la congestión, se mejorará la seguridad vial, se reducirá el ruido y se asegurará el abastecimiento de energía”, asegura el experto.

Vehículos totalmente interconectados

La gestión del tráfico inteligente contempla que los vehículos puedan comunicarse entre sí –dando señales de que hay atascos o accidentes, por ejemplo-, que la data esté conectada vía GPS y a señalizaciones de tráfico que permitan agilizar el flujo.

Olaf Schilgen, vocero de la Volkswagen, estima que para 2025 haya en el mundo 600 millones de automóviles totalmente conectados entre sí y con los sistemas de gestión vehicular. Mientras que el desarrollo de los vehículos de conducción autónoma permitirá emplear el promedio de 90 minutos diarios dedicados a manejar en otras actividades.

En VW diseñan nuevos modelos eléctricos que podrán tener una autonomía entre 400 y 700 kilómetros a unos precios asequibles, en una variedad de los estilos y tamaños.

Toda el concepto de los carros eléctricos de VW girará alrededor de la batería, permitiendo un mayor espacio interno. Su lanzamiento será en 2020 y esperan vender  anualmente alrededor de un millón de unidades.

Actualmente hay en Alemania 18 mil puntos de carga, así que uno de los puntos importantes será la construcción de un mayor número de estaciones, para abastecer a los consumidores hasta llegar a unos 250 mil puntos de públicos además de las estaciones de cargas en los hogares y en los lugares de trabajo.

Asimismo se requieren unas 400 estaciones de carga rápida –tarda unos en 20 minutos en completar la batería- en las autopistas europeas.

Thomas, dueño de una consultora, es usuario y defensor de los autos eléctricos desde que  2013, cuando compró una flota para sus empleados.  Después ha sido incapaz de prescindir de los e-cars. Afirma que es considerablemente más barato, incluyendo el seguro.

La carga en estaciones rápidas tarda apenas 20 minutos, el tiempo en que se hace una pausa para tomar un café y continuar –de momento- otros 200 kilómetros.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!