Qué tienen en común los indígenas de los Andes y el pueblo chino

Don Tulio Febres Cordero, uno de los intelectuales más importantes en la Historia de Venezuela, se dedicó a estudiar la lengua de los aborígenes de los Andes Venezolanos. Su investigación resulta de gran relevancia un siglo después, ya que desde entonces, las investigaciones etnolingüísticas no han sido muchas. El doctor merideño publicó un vocabulario del dialecto de los indígenas de Mucuchíes y Mucubaches.

Luego de analizar la estructura del lenguaje de las lenguas aborígenes en Los Andes, Febres Cordero determinó el posible parentesco entre las lenguas china, quechua y andina-venezolana. En especial, le llama la atención a Febres Cordero la semejanza del sistema de numeración andino con el chino y el quechua. Para el estudio, Febres-Cordero tomó directamente las voces indígenas andinas, las cuales fueron comparadas con los estudios de Poussié sobre la lengua china y los de Fermín Ceballos.

Las semejanzas lingüísticas no se limitan al sistema de numeración. Mientras que los chinos veneraban a ciertos espíritus con los nombres de Chen y Chenk, respectivamente; Ches era el Dios principal de grupos indígenas andino-venezolanos. En ambas lenguas, la raíz che tiene una connotación de grandeza elevación. En el diccionario de los indígenas de Mucuchíes y Mucubaches, significado de la raíz che en Venezuela es análogo al que ha tenido en China.

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También es relevante señalar que el término chicaac significa familia en los Andes Venezolanos, mientras que en la lengua china la voz “chi” se usa para referirse a esta. En el dialecto de los indígenas de Mucuchíes y Mucubaches, la voz “chi” aparece unida a “caac”, que significa hombre. El parecido entre ambas lenguas había fascinado a Febres-Cordero.

Don Tulio-Febres Cordero se preguntó lo siguiente: “Vinieron los mongoles a la América, o fueron los americanos los que primitivamente pasaron al Asia?”. El origen de los aborígenes que ocupan el territorio de los Andes Venezolanos fue un tema fascinante para él. Febres-Cordero nos recuerda que para el abate Brasseur América pudo haber sido la cuna de la civilización. Hoy en día, prácticamente un siglo después, el mundo indígena sigue siendo fascinante y no lo comprendemos.

Obra a consultar:

Febres-Cordero, Tulio. (1921). Historia de los Andes: procedencia y lengua de los aborígenes. Editorial El Lápiz.

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