Endy, Camaleón y la eterna diatriba por los récords de franquicia

Endy Chávez acaba de llegar a 308 carreras anotadas en la LVBP. Ha pertenecido toda su carrera a una misma organización, Magallanes, de la que es figura y emblema. No es para menos. Suma ya 18 temporadas.

En febrero cumplirá 40 años de edad, pero todavía defiende el jardín central con alcance y autoridad, por más que su brazo no sea aquel cañón de sus mejores tiempos. ¿Hay alguien que merezca más la distinción de emblema indiscutible de esa franquicia?

Puede ser una sabrosa discusión de horas entre amigos y aficionados. Y la respuesta puede ser afirmativa. Una escuadra centenaria, por fuerza, tiene que contar con muchos candidatos.

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El más grande de todos, para los seguidores de la vieja guardia, es Camaleón García.

Los récords de Camaleón con los turcos están cayendo, uno por uno. El de anotadas estaba en 307. En el de jonrones ni se le menciona, pues la lucha de Mario Lissón es por alcanzar los 56 que disparó Richard Hidalgo con ese uniforme. Y sin embargo, alguien quiebra una lanza por el viejo sucrense, estrella indiscutible de nuestra pelota.

José Montilla, webmaster del estupendo sitio PuraPelota.com.ve (a la que también puede accederse cliqueando PuraPelota.tk) está en desacuerdo con la campaña que ha puesto al ex antesalista a la zaga de Chávez y fuera del radar de Lissón en tan preciados departamentos. De hecho, acaba de hacer un ajuste en su página, para hacer lo que considera justo: los números acumulados en la hoja de vida de cada jugador ahora se engloban por franquicia, no por equipo.

¿Qué significa esto? Buen combustible para las discusiones entre seguidores del pasatiempo nacional.

García perteneció durante toda su carrera a la misma franquicia. Su número es uno de los pocos que ha retirado la nave. Su nombre y leyenda forman parte del paseo de la fama que recibe a los visitantes en el estadio José Bernardo Pérez de Valencia. Cuando colgó los spikes, era el pelotero con más  hits, más jonrones y más remolcadas en la LVBP.

Tenía 63 bambinazos y había llevado 533 rayitas al home, al momento del adiós. Y por cierto, mostraba 455 anotadas. Entonces, ¿por qué Endy, Hidalgo y Lissón lo han ido dejando atrás en tantos departamentos, si aún no acumulan las cifras que él consiguió en el profesional?

La respuesta está en los ocho torneos en que los eléctricos pasaron a llamarse Oriente y luego Orientales. Eran los mismos jugadores, la misma fanaticada, pero con otro nombre distintivo.

Montilla sostiene que la pelota criolla debería hacer como la MLB, donde las franquicias agrupan cada capítulo de su historia, discriminando solamente cuando buscan algún dato específico. Los registros de los Bravos suman Boston, Milwaukee y Atlanta, tanto como los de los Orioles acumulan también lo hecho por los Carmelitas en San Luis, por ejemplo.

Acá tenemos tres divisas prácticamente sin cambios: Tigres, Cardenales y Caribes de Oriente y Anzoátegui. Bravos fue antes Petroleros de Cabimas, Pastora de Occidente y de Los Llanos. Caracas fue Leones y Cervecería. Zulia fue Industriales antes que Águilas, y antes de eso fue Vargas, con un montón de coronas entre los tres. La Guaira fue Venezuela, Santa Marta y Pampero, para terminar como Tiburones. Y Magallanes… bueno, Magallanes será siempre Camaleón.

@IgnacioSerrano

www.elemergente.com

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