Todas las sospechas que tenía José Castillo sobre un posible cambio de equipo -por los rumores que se regaron en Twitter el domingo- se convirtieron en hechos al sentarse con un ejecutivo de los Tiburones de La Guaira en un hotel de Caracas. El jugador recibió las palabras de agradecimiento que acompañan a una despedida.

En plena conversación, Castillo supo que sus pertenencias iban a ser mudadas del clubhouse derecho del Estadio Universitario al izquierdo, pues su nuevo destino eran los Tigres de Aragua que ayer visitaron a los escualos.

“Me sorprendió”, fue lo primero que soltó el guariqueño al ser interpelado por la transacción que mandó al receptor Luis Villegas y al infielder Miguel Méndez a los salados. “No quiero que crean que quería que me cambiaran porque íbamos de últimos. Son solo cosas de los gerentes y caí allí. Ahora estoy con los Tigres y concentrado en dar el cien por ciento para ayudarlos”.

Pocas horas después del aviso, Castillo pisó el terreno de la UCV ataviado con la casaca de los bengalíes. Estaba a pocos metros de los que fueron sus compañeros en la mañana y en la noche serían sus enemigos. Al menos existían muchas caras conocidas en su nuevo grupo. Estaba el manager Buddy Bailey, quien ya lo ha dirigido y le tendió la mano para darle la bienvenida.

“Aquí voy a jugar en la segunda base, aunque no lo he hecho mucho este año”, dijo El Hacha, como es conocido en la LVBP. “Pero no importa. En donde me necesiten allí estaré. He jugado para Bailey en series del Caribe y es un manager que toma rápido sus decisiones. Mi experiencia con él ha sido buena. No ha tenido problemas conmigo, me dice las cosas y yo las entiendo. Soy alguien que se adapta muy bien a los managers”.

Como el de Bailey, Castillo también reconoció a rostros que lo han acompañado en causas del pasado, como Alberto González, Guillermo Moscoso o Víctor Gárate. Pero eso es algo que se puede considerar normal para alguien que vive su decimoctava campaña y que ha defendido a cuatro de los ocho conjuntos del circuito. “Me dijeron y que si no venía en un cambio lo iba a hacer como refuerzo”, señaló entre risas. “No hay que creerles”.

Si bien Aragua no había logrado su pase a los playoffs antes del juego de anoche, ya tenía asegurado un juego extra, lo que convertía al equipo en un virtual clasificado. La realidad es que Castillo llega a una novena con aspiraciones de campeonato desde otra que no conoce su destino al finalizar la ronda regular.

Motivados a los problemas que han sufrido para producir anotaciones, los Tigres habían pretendido a Castillo por casi un mes. Son el peor conjunto a la ofensiva en el torneo por su promedio colectivo de .246, su OPS (sumatoria de embasado y slugging) de .678 y sus 211 carreras anotadas.

“Los dos equipos se ven beneficiados con este cambio”, explicó Oswaldo Guillén, manager de La Guaira. “Necesitábamos un cátcher y un segunda base como Méndez, un hombre sólido en el infield que pueda batear. Esperamos que sean piezas por muchos años”.


EL DATO

El receptor Luis Villegas llega a La Guaira como uno de los candidatos para el Novato del Año. Sin contar el juego de anoche tenía 8 cuadrangulares, 15 carreras impulsadas y un OPS de .818


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