Alcides Rivas tiene casi ocho años viviendo en ciudades de Estados Unidos como Chicago e Illinois, pero cuando habla en español es imposible no asociar la cadencia de su voz con aquella propia de la gente de la región andina venezolana. Su pueblo natal, Tovar, ha marcado no solo la forma en la que pronuncia las palabras sino su trayectoria. El artista realiza sus obras con telas y pinturas desde finales de los años noventa y ahora ha ganado un espacio en el barrio de Chelsea, una de las zonas más importantes en el mercado del arte internacional, ubicado en la capital mundial del entretenimiento, Nueva York.

La exposición del artista de 45 años de edad que se inaugurará el 11 de febrero se titula Untitled. “Tengo un grave problema para concebir los nombres de las exposiciones. A las piezas no les pongo título; es que me comunico mejor con la imagen que con lo escrito”, confiesa el artista desde Nueva York, ciudad en la que desde que llegó se encuentra inmerso en el mercado del arte. Ha sido restaurador, carpintero y marquetero. Este último oficio le abrió las puertas de la Galerie Protégé, cuyos directivos al enterarse de que Rivas es artista plástico pusieron a su disposición los más de 15 metros de ese espacio expositivo.

Entre costuras y pintura. Sobre las paredes de la galería se expondrán veinte de piezas de diferentes formatos en las que el artista merideño consigue trasladar al territorio plástico los recuerdos de su infancia mezclados con una particular técnica de montaje. “En mi familia había mucha gente que tejía, de allí viene mi afinidad con las telas desde que comencé a crear mis piezas”, evoca Rivas, quien es licenciado egresado de la Escuela de Artes de la Universidad de los Andes.

Comenzó pintando, pero luego se dio cuenta de que los acabados que quería en sus piezas quedaban mejor logrados con superposiciones de telas. “Cuando estaba en Venezuela, pintaba las telas y las cosía. En Estados Unidos conseguí más variedad de materiales, por lo que ahora compongo con franjas en diferentes posiciones. Uso telas de bolsos militares, alfombras, elementos para pintar los pisos e, incluso, piezas de desecho”, agrega Rivas que además también ha incursionado en la creación de libros de artista junto con otros autores latinoamericanos.

El pintor logra trasladar al espectador a los sembradíos merideños, donde la naturaleza vasta, la tierra arada y el café tostado esparcido en el suelo son los paisajes más comunes. Así, los colores pardos y los materiales robustos recuerdan los sacos, los granos y las semillas que predominan en su obra.

“Es toda una remembranza de mi niñez en Tovar. Yo vivía entre el pueblo y la gran finca de mi abuelo, donde había cultivos de café y caña de azúcar, entre otros. Esos colores, la estructura de los sembradíos y la forma en la que se procesaban los granos quedaron marcados en mi memoria y ahora los plasmo en mi obra”, dice el artista que también cursó estudios de Diseño Arquitectónico. “En mi formación hay mucho de lo estructural, por eso las formas rígidas. También me influenció bastante el trabajo de Soto y Cruz-Diez”, subraya.

Un tovareño en la Gran Manzana. Untitled es la primera exposición que Rivas hace fuera de Venezuela, pero es su cuarta muestra en solitario. La individual con la que inauguró su carrera en el año 2002 en el Ateneo Jesús Soto de Tovar, llevaba el mismo nombre. Al año siguiente consiguió una denominación distinta: Desde adentro, dibujos y pinturaspara titular su segunda propuesta presentada en la Galería Huellas de la Facultad de Arte de la ULA en Mérida.

En el año 2005, después de haber participado en el I Salón Exxon Mobil en el Museo Sacro de Caracas, en el Salón Municipal de Pintura de Aragua, en la XI Bienal de Miniaturas Gráficas Luisa Palacios, en el III Salón de Arte Armando Reverón celebrado en la Casa Bossét y en el VI Salón Pirelli de Jóvenes Artistas, entre otras colectivas, mostró al público su tercera individual, Grafismos, dibujos y pinturas, que fue exhibida en la Galería L’ Imaginaire ubicada en la Alianza Francesa en Mérida.

El artista confiesa que el ambiente de Chelsea lo mantiene activo. “Estoy en contacto con todo; ves a artistas de trayectoria pero también al talento emergente. Es imposible no mantenerse trabajando”, dice.  Respecto a su nueva exposición, señala la importancia que tiene para sus raíces. “Como venezolano y merideño este es un sueño cumplido. Artistas tovareños como Jesús Guerrero, el pintor y escultor Néstor Alí Quiñones, y Martín Morales tienen más trayectoria que yo. Por eso siento que no solo llevo mi carga sino toda una historia de mi pueblo”, puntualiza Rivas.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!